¿Y tú, de cuál eres? Los cinco tipos de insomnio que están complicándote la vida
Dormir mal no es siempre tener insomnio: ¿Qué se entiende por él y cuántos tipos hay?
Cada tipo de insomnio tiene una cura diferente
El insomnio siempre va a asociado a problemas del día después: cansancio, irritabilidad y falta de concentración
Dormir mal se está convirtiendo en epidemia. ¿O no? A veces llamamos insomnio a circunstancias del sueño que son absolutamente normales. Por eso, para saber si realmente padecemos o no insomnio, vamos a analizar qué se entiende por él desde el punto de vista médico.
Según su duración: agudo o crónico
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Tener trastornos de sueño durante un periodo corto de nuestra vida es normal. ¿Cuánto? Tres meses es el tiempo que estiman los expertos. Cuando el insomnio dura menos de tres meses se denomina agudo, mientras que cuando dura más se denomina crónico. En el insomnio crónico aparecen problemas en el inicio o mantenimiento del sueño al menos tres veces por semana y durante un mínimo de tres meses. Estas dificultades para conciliar o para mantener el sueño deben asociarse a síntomas durante el día como cansancio, problemas de concentración o irritabilidad.
A diferencia del insomnio crónico, el insomnio agudo se caracteriza por una duración inferior a tres meses, en el que también suele verse afectada la conciliación y el mantenimiento del sueño. Asimismo, puede aparecer en respuesta a un conflicto o en respuesta a un trastorno mental (básicamente ansiedad) o al consumo de alcohol u otras sustancias. Este tipo de insomnio es más frecuente en mujeres y en personas de mayor edad.
Insomnio de conciliación, muy habitual
Para muchos, dormir a pierna suelta se identifica con quedarse dormido nada más meterse en la cama. Pero lo normal es tardar casi media hora en coger el sueño. A este tiempo se le llama latencia de sueño. Se considera normal una latencia del sueño inferior a 20 minutos en población infantil y adultos jóvenes, e inferior a 30 minutos para adultos de mediana edad o personas mayores.
¿Qué pasa cuando superamos esos umbrales temporales? En ese caso, entraríamos en el insomnio de conciliación, la dificultad para dormir en el inicio del sueño. Es un tipo de insomnio que se acompaña con una sensación de desasosiego que puede propiciar otros tipos de insomnio.
Insomnio de mantenimiento
Despertarse en medio de la noche es habitual entre los insomnes. Hablamos en ese caso de insomnio de mantenimiento y técnicamente se define por la dificultad para mantener el sueño a lo largo de la noche. Se manifiesta con despertares frecuentes (insomnio intermitente) o bien con la imposibilidad de conciliar el sueño tras un despertar. En ambos casos se altera la dinámica del sueño y disminuye mucho el porcentaje de sueño profundo y reparador.
Insomnio de despertar precoz: antes del despertador
Hay personas que suelen madrugar mucho y se levantan por la mañana sin despertador. En principio, eso no es un problema. De hecho, lo ideal sería ajustar las horas de sueño para que nuestro reloj interno nos despertara sin problemas. Pero si nos despertamos antes de la hora y por el día estamos cansados, ese es un indicio de que no estamos descansando bien.
A ese tipo de insomnio se le llama insomnio terminal o de despertar precoz.
Insomnio mixto, un poco de todo
Los casos de insomnio puro son poco habituales. Es bastante frecuente que aparezcan dos de los tres tipos de insomnio ya mencionados. Por tanto, en el insomnio mixto aparece una combinación del insomnio de conciliación, el de mantenimiento y el de despertar precoz. Cuando ocurre eso, dormir por la noche se acerca bastante a una pesadilla.
Insomnio global, el más difícil de tratar
La pesadilla completa. El insomnio global se da cuando se altera el sueño por completo y aparecen los tres tipos de insomnio: de conciliación, de mantenimiento y de despertar precoz. Se trata de un insomnio severo.
En el insomnio global nos cuesta dormirnos al inicio de la noche y tardamos mucho en conciliar el sueño. Nos despertamos a las pocas horas y no volvemos a dormir en toda la noche. El insomnio global es el más grave porque el número de horas dormidas suele ser muy insuficiente. ¿Las consecuencias? Al día siguiente somos 'zombies' en busca de descanso. En estos casos, se impone la ayuda profesional.