¿Por qué un intestino inflamado nos hace engordar?
En ocasiones, no poder adelgazar está relacionado con una flora intestinal inflamada
Según Boticaria García, autora del libro 'Tu cerebro tiene hambre', esto provoca que tengamos más hambre y mayor resistencia a la insulina
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Nuestro intestino contiene alrededor de 100 billones de microbios conocidos como ‘flora intestinal’. Esta totalidad es fruto de los genes, la dieta y el estilo de vida de cada individuo. Según estudios llevados a cabo a lo largo del tiempo, la obesidad tiene un índice de heredabilidad de entre un 40% y un 75%. Sin embargo, si sigues una dieta pero aun así no eres capaz de adelgazar puede tratarse de un factor directamente relacionado con las bacterias presentes en tu intestino, especialmente con las enzimas que contienen.
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Al fin y al cabo, al ingerir alimentos realizamos un proceso de simbiosis con esos microbios: la comida llega también a nuestro intestino, cuyas bacterias se encargan de digerir parte de la comida que nosotros no hacemos por falta de esas enzimas. Esto conlleva un aumento de las calorías adicionales que nuestro organismo crea y que la flora intestinal es incapaz de devolvernos ya que, al tardar más tiempo en recorrer nuestro intestino, mayor capacidad tendrá nuestro organismo posteriormente de absorber los nutrientes y extraer sus calorías.
La microbiota alterada se verá afectada por la aparición de permeabilidad en el intestino, que provocará algunas sustancias se instalen en el torrente sanguíneo, aumentando de esta manera el tejido adiposo. Además, al reducirse las bacterias protectoras de la barrera intestinal, se alteran los procesos inflamatorios de la obesidad. La presencia ahora de bacterias perjudiciales dificultan llegar a sentir saciedad, tendremos más hambre y comeremos más, entrando así en un círculo vicioso.
Según Boticaria García, experta en nutrición y autora del libro ‘Tu cerebro tiene hambre”, al inflamarse los adipocitos, que se encargan de almacenar los lípidos que se sintetizan cuando consumimos alimentos que contienen grasas, estos “dejan de tener oxígeno y se generan mecanismos que hacen que ganemos más peso: tendremos más hambre, mayor resistencia a la insulina y la microbiota se verá afectada”. En el vídeo de arriba la experta explica estos factores y las estrategias que pueden llevarse a cabo para desinflamarlo.