A vueltas con la palabra 'woke' para insultar a los otros: qué significa y qué quieren decir si te lo llaman
En su origen el término se refería al despertar a las cuestiones progresistas y cobrar conciencia de las desigualdades e injusticias sociales
Al igual que sucedió con 'progre' en su día, la palabra se utiliza como un insulto o burla que delata a quien lo utiliza
En España, lo 'woke' se manifiesta sobre todo en la dimensión de género y se identifica esencialmente con el feminismo
Si hay una palabra que en los últimos años ha penetrado con fuerza en el debate cultural en España es woke. Un término que en sus orígenes en Estados Unidos era usado para referirse a las personas que despiertan (wake up, en inglés) a las cuestiones progresistas y cobran conciencia de las desigualdades e injusticias sociales, pero que hoy, al igual que sucedió con progre en su día, se utiliza como un insulto o burla que, paradójicamente, define mejor a quien lo emplea que a quien lo recibe.
El término 'woke' nace en los Estados Unidos de los años cuarenta asociado a la discriminación racial. El diccionario de Oxford lo incorporó en 2017 definido como “estar alerta ante la discriminación e injusticia racial o social”, tras haber sido resucitado, a partir de 2011 por el entonces incipiente movimiento Black Lives Matter o después el MeToo. Allí el estereotipo de 'woke' responde a un blanco adinerado que estudia o ha estudiado en una universidad de élite y que trabaja en sectores culturales como el académico, el periodismo, o el cinematográfico. En realidad, apenas representan un 8% de la población.
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En España se identifica más con el feminismo
La realidad social española, donde la discriminación de raza no es tan evidente como en Estados Unidos, la ideología identitaria o 'woke' se manifiesta sobre todo en la dimensión de género y se identifica esencialmente con el feminismo. Pero 'woke' es hoy una palabra que delata a gente de derechas que la emplea para agrupar a sus enemigos en un único bando al que también podrían definir como "ofendiditos" , "generación de cristal" o defensores de la inclusión forzada. El propio diccionario de Oxford recoge también esa connotación negativa: "A menudo se usa con desaprobación por parte de personas que piensan que otras personas se molestan con demasiada facilidad por estos temas, o hablan demasiado sobre ellos de una manera que no cambia nada".
La etiqueta favorita de la derecha
Según afirmaba el escritor Gonzalo Torné en 'El País', "ha pasado de ser una palabra que no usaba nadie a ser una etiqueta con la que la derecha señala a un enemigo de paja contra el que colar de contrabando sus ideas. Más o menos el argumento viene a ser: ‘Como la izquierda se ha preocupado de las identidades y las minorías se ha despreocupado de los obreros y por eso votan a la derecha’". "El argumento se sustenta en un antagonismo falso, uno no deja de comer macarrones por comer arroz, pero es que además los movimientos identitarios siempre han ido de la mano de las luchas sociales, bastaría con recordar el vínculo entre el sufragismo y el abolicionismo”, añadía Torné.
Lo cierto es que nadie se define como 'woke', ya que el 'woke' es siempre el otro, a quien se describe así para atacarlo como una caricatura deformada del pensamiento progresista, caracterizada por creerse moralmente superior y querer imponer sus ideas. Asimismo, quien lo emplea define sus propias posiciones ideológicas, que pueden ser muy amplias pero que al final se resumen en que son 'antiwoke'.