¿Somos racistas los españoles? Cinco frases xenófobas que decimos en el día a día sin darnos cuenta de que lo son
Los cánticos y gestos racistas contra el futbolista Vinicius Junior, del Real Madrid, llaman la atención sobre el racismo en España
Sin embargo, expertos aseguran que, por condenable que sea lo ocurrido a la estrella, hay otro racismo que es estructural y del que no se habla lo suficiente
Te resumimos el racismo cotidiano español en cinco frases que has dicho (o por lo menos oído) muchas veces en tu propio entorno familiar
"El Real Madrid C. F. muestra su más enérgica repulsa y condena los hechos sucedidos en el día de ayer contra nuestro jugador Vinícius Junior. Estos hechos constituyen un ataque directo al modelo de convivencia de nuestro Estado social y democrático de derecho. El Real Madrid considera que tales ataques constituyen además un delito de odio, por lo que ha presentado la correspondiente denuncia ante la Fiscalía General del Estado, en concreto ante la Fiscalía contra los delitos de odio y discriminación, para que se investiguen los hechos y se depuren responsabilidades". Tal es el comunicado que el club de fútbol más importante de la capital española ha publicado tras los cánticos racistas contra uno de sus jugadores estrellas. Muy bien.
Lamentablemente no todas las personas inmigrantes y/o racializadas son estrellas millonarias del deporte, ni tienen el respaldo de un club de fútbol millonario, ni generan reacciones internacionales, ni la gran mayoría de medios de comunicación se hace eco de sus casos.
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Para Yeison García, politólogo antirracista, no hay en España una auténtica discusión sobre el marco histórico ni sus consecuencias. "No se discute realmente sobre el racismo estructural porque la identidad española está construida sobre una historia de racismo" asegura. Para García, el caso de Vinicius Jr. no es representativo porque el racismo cotidiano se vive de muchas maneras otras maneras: "por ejemplo en detenciones arbitrarias por parte de la policía, en la dificultad para acceder a la vivienda o en falta de representación política, por poner tres ejemplos concretos. No lo digo yo, lo dicen un Informe de Trabajo de Expertos para los Afrodescendientes o el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU en su informe sobre España", asegura.
Desconfianza por parte del estado
Marita Zambrana de SOS Racismo Madrid, señala, por su parte, algunas otras situaciones cotidianas. "Los insultos en relación al origen, al acento, o al aspecto físico son las formas más detectables del racismo: intentan deshumanizarte como persona, es una forma de humillación. Sin embargo el racismo se expresa de otras maneras, por ejemplo en lo que llamamos el perfilamiento racial, que es un problema institucional denunciado por organismos internacionales y se refiere a la típica solicitud de documentación hecha de manera arbitraria, lo que implica un proceso de criminalización en torno a las personas racializadas. Además perpetúa un miedo constante a poder ejercer su libertad. Otra es la falta de acceso a trabajo cualificados que se correspondan con tus estudios, como si se considerara que la educación fuera de las fronteras europeas es inferior cuando está probado que no es así", señala.
Zambrana señala también la desconfianza por parte del estado que se manifiesta a través de la burocracia con el tema de la regularización. "No puedes acceder a la documentación porque te falta un contrato de trabajo y viceversa. A veces la propia ley de extranjería te empuja a la irregularidad". Y señala que no solo son victimas de racismo los inmigrantes sino también por ejemplo, los españoles racializados como el pueblo gitano que es constantemente negado e invisibilizado. "Excepto -dice Zambrano- en temas culturales, ya que lo que hay es una apropiación de su cultura en términos folklóricos".
No, el fútbol no es el entorno más racista de este país
Y no porque no lo sea, porque lo es, y mucho, sino porque en España casi todos los entornos son racistas. Es algo difícil de aceptar porque es verdad que la discusión sobre este y otros temas (que algunos consideran torpemente 'políticamente correctos') como el feminismo, han ido calando lo suyo en la sociedad; pero ocurre que hay conductas internalizadas, minimizadas como 'costumbres', 'maneras de hablar', 'sentido del humor'... actitudes normalizadas que solo se pueden catalogar de racistas.
Te lo resumimos en cinco frases:
1."No soy racista pero..."
Un verdadero clásico del cuñadismo local. No hay concentración familiar española en la que no aflore esta muletilla que quiere decir en realidad: "no me considero racista y lo hago saber para poder decir algo totalmente racista con impunidad".
2."No pareces peruano"
Lo viven muchos inmigrantes que no se corresponden con lo que la mentalidad española eurocéntrica cree que es la totalidad racial de un país o región. Y lo viven también, inversamente, muchos españoles descendientes de africanos o asiáticos a los que se les pregunta de dónde son 'en realidad' cuando dicen que han nacido Madrid, Sevilla o Albacete.
3. Tengo un amigo negro.
Otro clásico del no querer ver la realidad porque se ha llenado una cuota. En este caso, amical. Sí, puedes tener uno o más amigos negros o marrones, pero eso no quiere decir que no seas racista porque probablemente ejerzas racismo contra ellos, para empezar. ¿Cómo? Haciendo chistes, llamándoles 'panchito' o 'negro' porque a ellos 'no les molesta' o asumiendo que tienen determinadas costumbres solo porque tú crees que así son 'ellos'.
4. Tengo una señora paraguaya que es como de la familia.
El non plus ultra del paternalismo colonial: hablar de la bondad, buena disposición o talento para el cuidado del hogar de una persona racializada como si fuera el mejor elogio que le puedes hacer. Además claro, del uso del posesivo que es harto común: 'tengo una dominicana', 'mi salvadoreña', etc. Por otro lado, decir que una persona que te sirve porque no tiene otra alternativa es 'como' de la familia también es un error. Si te limpia el water porque estudió medicina en Ecuador pero no puede convalidar su título, tal vez te sorprenda que esa persona, por su parte, no te considere su familia. Ni le hace falta, seguramente tiene la suya propia y preferiría estar con ellos si viviéramos en un mundo mejor repartido.
5. ¿Entonces qué haces aquí?
Es la muletilla clásica que empleas cuando una persona inmigrante y/o racializada denuncia alguna situación de racismo que no te parece lo suficientemente violenta o escandalosa. 'Si somos racistas ¿por que no te vas a tu país?' 'Si no te gusta ¿qué haces aquí?' Te lo resumimos: el bienestar europeo del que gozas se ha construido históricamente desde el extractivismo de recursos de otros continentes. Exterminio de poblaciones enteras incluído. Las personas que acuden desde esos territorios empobrecidos tienen todo el derecho a hacerlo y deberías estar agradecido de que sus denuncias contribuyan a que te des cuenta e integres una perspectiva histórica más amplia a tu visión de la sociedad en la que todos vivimos.