Quebec, Ontario, Nueva Escocia, Columbia Británica y Nuevo Brunswick. Esas son las provincias de Canadá que han decidido este mismo año limitar el uso de móviles a los alumnos de Instituto. O prohibirlo, directamente, durante las horas de clase. En nuestro país, iniciativas como las promovidas por la Asociación Adolescencia Libre de Móviles, intenta desde el año pasado que en nuestro país se establezcan medidas similares. ¿Es razonable?
Según datos proporcionados por la Universitat Oberta de Catalunya, "uno de cada cinco jóvenes españoles pasan más de dos horas al día en TikTok y superan el umbral recomendado en el uso de las redes sociales, a partir del cual puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de salud mental. La proporción de chicas que se encuentran por encima de este umbral de riesgo (24,37 %) es claramente superior a la de chicos (15,45 %)".
Los datos provienen de un estudio, realizado en colaboración con la Universidad Poempeu Fabra, para el que se ha llevado a cabo una encuesta a más de 1.000 jóvenes de todo el Estado español de entre 12 y 18 años para examinar el tiempo que destinan a TikTok y los tipos de contenidos. También se ha evaluado la percepción que tienen de su propio 'bienestar digital'.
Los resultados pueden resultar preocupantes si se considera que, como sostiene la especialista, Mònika Jiménez, "cuanto más tiempo pasan los jóvenes en TikTok, menos capacidad tienen para establecer límites en sus tiempos de conexión en la app". Y este es solo el caso de Tik Tok. Como se sabe, el contenido que se encuentran o buscan los adolescentes puede ser aún más peligroso.
Mientras que para autoridades como el Ministro de Educación de Canadá, Stephen Lecce, negar el uso de teléfonos móviles durante el tiempo de instrucción, responde a la "necesidad de ser audaces, debemos ser integrales y debemos actuar con urgencia hoy", en nuestro país no existen de momento esas soluciones 'integrales' aunque de facto son muchos los docentes que 'prohíben' el uso de dispositivos en sus clases. Y como te contábamos aquí, "el auge de los padres ‘antimóvil’ es más que evidente, una tendencia en la que los grupos de Telegram han ido creciendo con la unión de familias que alertan de las consecuencias de los móviles en los menores y que animan a no entregar un smartphone a los jóvenes al menos hasta los 16 años".
Según el estudio -enmarcado en el proyecto 'Adolescentes receptores y creadores de contenido sobre salud mental en redes sociales. Discurso, incidencia y alfabetización digital sobre trastornos psicológicos y su estigma', financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades- "las medidas para mejorar el bienestar digital de los jóvenes no pueden limitarse al control parental de la aplicación o a la desconexión digital. También hacen falta programas educativos para promover hábitos digitales saludables entre los jóvenes y para dotar a sus familias de más estrategias de acompañamiento para hacerlo posible, con perspectiva de género". Para los especialistas, además, "las medidas restrictivas indiscriminadas no funcionan".