¿Cuánta electricidad generan las centrales nucleares en España?
En España hay operativos siete reactores nucleares en Cáceres, Tarragona, Valencia y Guadalajara
El objetivo nacional es el 'cese ordenado, escalonado y flexible de la actividad de los reactores entre 2027 y 2035' al contrario que en Francia
En el país galo están en funcionamiento 56 instalaciones nucleares y el Gobierno pretende la construcción de nuevos pequeños reactores modulares
A partir de 1960 nuestro país empezó a desarrollar su propio programa nuclear. La primera central nuclear española fue la de José Cabrera o Zorita en Guadalajara. Desde entonces el panorama energético ha cambiado de forma significativa empezando por el recibo de la luz que se ha encarecido astronómicamente. Desde Uppers hemos querido comprobar cuánta electricidad generan las centrales nucleares en España fruto de las infraestructuras que se construyeron después de Zorita y cuántas centrales nucleares hay en España en la actualidad.
En total, las instalaciones nucleares que cubren el ciclo de combustible completo son siete, con sus siete reactores nucleares operativos en Almaraz I y II en Cáceres; Ascó I, Ascó II y Vandellós II en Tarragona; Cofrentes en Valencia; y Trillo en Guadalajara. Además, nuestro país dispone de una fábrica de combustible nuclear en Juzbado, en Salamanca, que pertenece a Enusa Industrias Avanzadas, y de un centro de almacenamiento de residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad en El Cabril, en Córdoba, de la firma Enresa.
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Algunas de las centrales nucleares están en manos de una compañía eléctrica y en otros casos de dos o más entidades. Por ejemplo, Almaraz I, que se puso en marcha en septiembre de 1983, la comparten Iberdrola con un 53%, Endesa con un 36% y Naturgy con un 11%. Por su parte, Ascó I, que arrancó al año siguiente, pertenece a Endesa al 100%.
Los datos que recoge Foro de la Industria Nuclear en España indican que la potencia bruta instalada conjunta es de 7.398,7 megavatios-hora (7.117 MWe netos), lo que supone el 6,31% del total de la potencia eléctrica instalada en el país. Anualmente, dichos reactores nucleares generan entre 55.000 y 60.000 gigavatios-hora, un 20,8% de la electricidad consumida por los españoles.
La generación de energía eléctrica en España se situó en 2021 en torno a los 259.850 gigavatios-hora. Hasta ahora la nuclear era la primera fuente de energía, pero en 2021 fue sobrepasada por la energía eólica. Los aerogeneradores instalados en todo el territorio produjeron el año pasado el 23,3% de la electricidad total. Detrás de la eólica y la nuclear se sitúa el ciclo combinado con el 17,1%.
Procedencia de la energía consumida en España en 2021
- Eólica: 23,3%
- Nuclear: 20,8%
- Ciclo combinado: 17,1%
- Hidráulica: 11,4%
- Cogeneración: 10%
- Solar fotovoltaica: 8,1%
- Carbón: 1,9%
- Solar térmica: 1,8%
- Otras: 5,6%
Panorama nuclear en España
Según el Foro Nuclear, los siete reactores españoles están operativos y garantizan el suministro eléctrico las 24 horas todos los días del año, por tanto, “son esenciales para la estabilidad del sistema eléctrico al estar siempre disponibles”. Además de ser una fuente estable, operan en base por lo que no dependen de factores meteorológicos externos. Subraya el foro que la energía nuclear aporta fiabilidad, eficiencia y disponibilidad. Es más, “sus indicadores de funcionamiento globales, con valores cercanos al 90%, se encuentran históricamente por encima de los de la media mundial”. En concreto, están en marcha una media anual cercana a las 8.000 horas, de las 8.760 que tiene el año, con lo cual es el sistema que más opera.
Actualmente, la intención en España es llevar a cabo un desmantelamiento progresivo de todos los reactores. Se llevará a cabo un “cese ordenado, escalonado y flexible de la actividad de los reactores entre 2027 y 2035”. Esto ya empezó con las centrales de Vandellós I, en Tarragona, y de José Cabrera, en Guadalajara, que están en proceso de desmantelamiento, y la de Santa María de Garoña, en Burgos, que se encuentra en pre-desmantelamiento.
La energía nuclear en el mundo
En todo el mundo hay 442 reactores nucleares con una capacidad eléctrica neta de 394.467 megavatios, según los últimos datos del Sistema de Información sobre Reactores de Potencia (PRIS) que ha publicado la Agencia Internacional de la Energía (IEA). Repartidos por Europa se encuentran 178, siendo el continente que más apuesta por la energía atómica. En el continente asiático operan 143 reactores, en América del Norte un total de 112, en América del Sur se reduce a siete y África cuenta solamente con dos.
En cuanto a la estrategia nuclear en Europa no se siguen los mismos objetivos en todos los países. En Alemania las intenciones son parecidas a las que se persiguen en España. De las 17 plantas nucleares activas alemanas ya se han cerrado once y las otras seis seguirán el mismo camino a finales de este año 2022. Lo significativo es que en este país está aumentando cada día la proporción de energías renovables.
En Francia la pauta es la contraria. Recientemente se ha informado de que se construirán nuevas centrales o pequeños reactores modulares para “garantizar la independencia energética del país sin contribuir a la aceleración del cambio climático”. El país galo ya dispone de 56 reactores y otro que se está construyendo.
Por tanto, la balanza sigue sin equilibrarse con intenciones totalmente enfrentadas. Los que defienden la energía nuclear como en Francia destacan que es una energía limpia, sin apenas emisión de gases de efecto invernadero y con una capacidad de producción muy elevada. En contra se posicionan aquellos que enumeran sus accidentes, el alto riesgo de que sigan sucediendo y el peligro que supone los residuos radioactivos. También aseguran que impide el desarrollo y la implantación de las tecnologías que apuestan por la energía renovable.
Otro punto importante es que dichas energías renovables como la solar o la eólica son las más baratas teniendo en cuenta sus costes de generación y la amortización de las instalaciones. Ello se debe a la evolución y a la mejora de la tecnología en sí misma, a “las economías de escala, unas cadenas de suministro competitivas y la experiencia de los desarrolladores”. Sin embargo, su gran desventaja es la dependencia absoluta de las condiciones atmosféricas.