Han transcurrido 212 días desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania y la declaración de la guerra. El presidente ruso, Vladímir Putin, acaba de decretar una movilización militar parcial que afecta a 300.000 reservistas con experiencia militar previa.
La movilización militar en Rusia se produce después de que los Parlamentos de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y los territorios parcialmente controlados por las fuerzas rusas en Jersón y Zaporiyia hayan convocado sendos referéndums de adhesión con Rusia, cuestionados por la comunidad internacional.
La escalada de la Guerra de Ucrania también ha provocado el rechazo de la sociedad rusa. Más de un millar personas han sido detenidas en diversas manifestaciones contra el presidente. ¿A dónde puede conducirnos los anuncios de Putin? Uppers ha hablado con el coronel del Ejército de Tierra Retirado Manuel Morato, presidente de IDAPS (Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad) y, entre 2004 y 2008, Agregado de Defensa para Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajstán y Uzbekistán con residencia en Moscú.
¿Cómo se interpreta el discurso de Putin? ¿Estamos ante un peligro real de guerra nuclear?
Los anuncios de Putin hay que tomarlos como algo muy serio. Putin no es una persona dada a plantear historias divertidas en público. Hay que tomárselo como algo que puede ocurrir. No es tanto una amenaza como un aviso, como una declaración de intenciones que suele llevarse a la práctica. No es como a lo que estamos acostumbrados: políticos que dicen cosas que luego no se llevan a la práctica, sobre todo si son promesas electorales. No es el caso de los anuncios de Putin en su último discurso. Hay que recordar que Putin no se ha dirigido así a los rusos y al resto del mundo desde el comienzo de la guerra, en febrero, y, por tanto, quería trasladar algo importante.
¿Qué es lo que más destaca del discurso de Putin?
Ha hecho declaraciones trascendentales. Y el pueblo ruso así lo ha entendido: ha habido ya manifestaciones, muchos han escapado de la posibilidad de que los llamen a filas. Putin ha anunciado una movilización parcial de unos 300.000 hombres. Si los rusos se lo toman en serio, nosotros también nos lo tenemos que tomar en serio. Rusia va a contar con más fuerzas militares, así que la guerra se va a recrudecer, aunque no de manera inmediata. Estamos ante una nueva fase. Putin también ha dicho que se van a usar todos los medios disponibles, lo que incluye las armas de destrucción masiva.
¿Y qué alternativas hay ante ese escenario?
Algunos estados sí pueden intervenir para convencer de alguna forma a Rusia y Ucrania de que no les interesa, no deben seguir con la guerra porque se puede llegar a un acuerdo pacífico.
¿Hay posibilidades reales de que Rusia devuelva las regiones anexionadas de Ucrania?
En mi opinión, Crimea y próximamente las dos regiones del Donbass, no tienen ninguna posibilidad de ser devueltas, salvo que a Rusia se las arrebaten por la fuerza como continuación de esta guerra. Con la ayuda de Occidente, Ucrania podría recuperar alguna de estas zonas. ¿Es posible? Sí. Probable, no porque ni siquiera con el apoyo de Occidente se conseguiría, a no ser que fuera una guerra masiva con el envío de tropas de otros países de la OTAN.
¿Qué supondría la escalada de la guerra para la vida de un ciudadano español?
Supondría algo totalmente extraño e inimaginable porque, afortunadamente, nuestra sociedad no ha conocido la guerra de forma directa. Quizá por eso, a veces, hablamos de la guerra como si habláramos de una película, algo que no nos afecta porque no está en nuestro recuerdo. La realidad es que si ahora Rusia nos atacara a nosotros, el ataque no sería a toda España, sino a determinadas infraestructuras críticas o de gran importancia para Rusia. Eso quiere decir que la mayor parte de los españoles no sentiríamos prácticamente nada, salvo aquellos que estuvieran cerca de esas infraestructuras críticas, sus familiares o amigos. Para el resto, afortunadamente, nada más. Pero no deja de ser gravísimo para una parte importante de la población española.
¿Cuánto más puede durar la guerra de Ucrania?
La duración de la guerra es totalmente impredecible. No sabemos, en realidad, cuáles son los objetivos reales de Rusia. No se puede decir que una vez alcanzados sus objetivos, se acaba la guerra. También depende de la otra parte, de Zelenski. Si llega a una situación en la que es insostenible continuar porque las pérdidas humanas son muy grandes, quizá se lo plantearía. Mientras Occidente siga apoyando a Ucrania económicamente y con material militar, la guerra puede continuar durante muchos años. Pero cabe pensar que el pueblo de Ucrania y sus gobernantes pensarán en algún momento que determinadas pérdidas son irrecuperables o que va en contra de sus intereses continuar combatiendo y perdiendo más vidas. Hay una tercera vía, la de la búsqueda de la paz, en la que otros estados pueden intervenir para convencer a Rusia y a Ucrania de que no deben seguir con la guerra y que se puede alcanzar un acuerdo pacífico.
Los mayores de 50 aún nos acordamos de la Guerra Fría. ¿Tiene este conflicto algún punto en común con ella?
Siempre nos gusta hacer comparaciones. En este caso, no es nada fácil hacerlas porque la Guerra Fría sí la recordamos, pero la que viene no sabemos cómo va a ser ni cuánto va a durar. En mi opinión, va a ser más breve que la Guerra Fría y muy diferente. En la Guerra Fría, Estados Unidos, la OTAN y Rusia eran los bloques que podían enfrentarse. Esto ahora se amplía con la lucha por la hegemonía de China e India, países que son también países nucleares. Hay cuasi-potencias que van a dominar el mundo o van a intentarlo; por consiguiente, puede haber mayor desestabilización en algunas zonas, respecto a épocas anteriores. Pero en el sentido de que son periodos en los que hay riesgo de guerra sin que haya una guerra real, sí se trata de una nueva Guerra Fría.
¿Hay que dejarle a Putin una salida?
No es a Putin. Hay que dejarle una salida a Rusia por razones muy obvias: siempre hay que dejarle al enemigo una vía de escape. Y, además, después de la tormenta tendrá que llegar la calma. Después de la guerra tendrá que llegar la paz y tendremos que convivir de alguna forma con un país tan importante como es Rusia. Cuanto más se sientan en peligro los gobernantes rusos, más posibilidad hay de peligro para todos, de que utilicen algún arma de destrucción masiva, no sólo las nucleares.