Con la llegada del frío intenso aumenta nuestro consumo de calefacción en el hogar, y su impacto en la factura a fin de mes se convierte en uno de los mayores temores de muchos españoles. En ese sentido, los expertos nos sugieren varios trucos para ahorrar de modo que nuestro bolsillo no sufra tanto, pero una solución más original sería optar por una 'casa termo', un tipo de construcción que mantiene una temperatura constante a 21,5 o 22 grados durante todo el año, y solo por 300 euros.
Este tipo de viviendas pueden calentarse y refrigerarse con un consumo energético muy pequeño, y además tienen el certificado internacional Passivhaus. De hecho, son capaces de ahorrar entre un 75% y un 90% de las necesidades de calefacción y refrigeración gracias a la manera en la que están construidas.
En un primer vistazo no se diferencian de cualquier otro tipo de viviendas. Casi nadie sería capaz de distinguirlas. Pero por dentro, es perceptible el aire limpio y confortable que se respira. Son casas pasivas de alta eficiencia energética. No necesitan un material o estilo arquitectónico diferente o específico, sino que se trata de una forma de construir, según explica Arturo Andrés Jiménez, presidente de la Plataforma de Edificación Passivhaus.
Así, la clave reside en cómo están construidas: ventanas, muros, aislamientos térmicos. Al hacer viviendas muy aisladas, sin filtraciones de aire, se logra alcanzar un excelente confort térmico, teniendo toda la vivienda a la misma temperatura en todos sus espacios. Además, el diseño garantiza la continuidad del aislamiento en todos los puntos de la envolvente de la casa, de manera que no existen puentes térmicos.
Los recuperadores de calor permiten tener la vivienda ventilada 24 horas al día, independientemente de que se abran las ventanas o no. El propietario también puede jugar con los sistemas de control dinámicos, como persianas y toldos, para permitir la entrada y la salida de luz y energía en función de la estación del año. Y esto no es poca cosa. Permite ahorrar una gran cantidad de energía para calentar o enfriar los edificios pasivos, dando como resultado que se pueda climatizar entre un 30% y un 50% con respecto a un sistema tradicional.
Hasta el momento estas casas pasivas existen en El Peral, en la zona sur de Valladolid, y han sido diseñadas por el estudio de arquitectura de Alberto López Merino. En ese residencial hay ya 74 unifamiliares certificados y habitados y otros 39 están en ejecución. Además, acaba de comenzar la obra de un edificio de 69 pisos, el primero de esta tipología con esta certificación en Valladolid.
Algunos de los propietarios de estas casas aseguran que "de finales de marzo a finales de noviembre son autosuficientes, no pagan luz, solo el término fijo", debido a que, además, han instalado placas fotovoltaicas. “Tienes la sensación de estar en una casa nueva cada día, es muy fresca en verano y cálida en invierno”, asegura en 'El País' Valentín Martín, que en 2022 apenas pagó unos 300 euros en electricidad. “Me estoy ahorrando entre 2.500 y 3.000 euros al año en electricidad respecto a un unifamiliar normal”, añade.