¿Qué botellas de plástico se pueden rellenar y cuáles no?

Partimos de la base de que tenemos que hacer un esfuerzo por evitar la compra de botellas de plástico, sobre todo de agua. La huella que estamos dejando en el planeta nos manda salir de casa con nuestro propio recipiente de metal que se puede ir rellenando con total seguridad. Sin embargo, muchas veces nos vemos obligados a comprarla embotellada. Una opción sería usar varias veces el mismo envase, pero antes necesitamos cómo saber si una botella es reutilizable. En Uppers se lo hemos consultado a un fabricante, que además nos ha aclarado qué plásticos se pueden reutilizar y cuáles no.

Lo primero a tener presente es que las botellas de plástico se producen para que sean usadas una sola vez. De este modo, antes de volverla a llenar con agua del grifo u otra bebida es imprescindible ser conscientes de que no se ha fabricado con la finalidad de que su vida útil se pueda extender.

Este tipo de envases tiene que ser duradero y pesar poco tal como se exige para contener bebidas y líquidos. Los materiales elegidos con los que se producen son sintéticos, compuestos químicos derivados del petróleo denominados poliésteres, como polipropileno, copoliéster, polietileno o tereftalato de polietileno (PET).

En este punto es importante hacer un inciso sobre una de las sustancias químicas que forma parte de las fórmulas de estos materiales con los que se hace los plásticos y las resinas. Se trata del bisfenol A (BPA) que se emplea desde los años 50 en plásticos de policarbonato, que es transparente y rígido y se usa en dispensadores de agua, recipientes de almacenamiento y botellas de bebidas reutilizables. Otro de sus usos es en resinas epoxídicas para los recubrimientos protectores y láminas para latas y cubas de bebidas y alimentos.

Tal como informa la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), este tipo de “sustancias químicas como el BPA utilizadas en contenedores de productos alimenticios pueden migrar en cantidades muy pequeñas a los alimentos y bebidas que contienen”. Por este motivo, la entidad revisa periódicamente su seguridad y en abril pasado informó de que habían reducido significativamente la ingesta diaria tolerable (IDT). El dato no se había reestablecido desde 2015. Actualmente, la IDT de BPA se ha fijado en 0,2 nanogramos (2 mil millonésimas de gramo) por kilogramo de peso corporal al día. La cifra anterior era 4 microgramos (4 millonésimas de gramo).

Según publica la EFSA, “las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superan la nueva IDT, un motivo de inquietud en materia de salud”. Además, la exposición a altas temperaturas de estos polímeros con los que se ha fabricado el recipiente provoca su desprendimiento y por tanto su liberación en el líquido o el agua que recoge.

Con todo ello, a largo plazo, reutilizar este tipo de envases acaba siendo perjudicial. Según informan, “el agua embotellada en un material que contiene BPA está expuesta a disruptores endocrinos que pueden provocar el desarrollo de alergias e intolerancias e incluso problemas más graves de salud, como algunos tipos de cáncer e infertilidad a largo plazo”.

A partir de aquí, los materiales plásticos y los recipientes resultantes son tantos que el consumidor puede llegar a confundirse y reutilizar uno que no se debe. De este modo, los fabricantes identifican los recipientes con unos números que van del 1 al 7 y se rodean por un triángulo formado por flechas. Bajo el triángulo se añaden unas siglas que hacen referencia a cada material en concreto. Esta simbología la implantó la Society of the Plastic Industry (SPI), no es obligatoria su implementación, pero sí se recomienda tanto en España como en la Unión Europea.

A la figura geométrica se la conoce como el triángulo de Möbius, que es el símbolo internacional del reciclaje. Las tres flechas que la dan forma hacen referencia a las tres fases del reciclada: recogida, tratamiento y reincorporación al proceso productivo.

En cuanto a los números significan que el envase o recipiente se ha fabricado con los siguientes materiales:

1.PET o PETE (polietileno o terftalato)

Es el más empleado en envases para la alimentación y bebidas por precio, su alta transparencia, su ligereza y sus grandes posibilidades de reciclaje. En este caso, el material puede liberar metales y sustancias químicas, sobre todo porque es probable que se haya reciclado varias veces. Una vez consumido el contenido, el envase no se puede reutilizar, pero sí reciclarlo. La industria emplea el PET en muebles, alfombras, fibras textiles o piezas de automóvil y, ocasionalmente, en nuevos envases de alimentos.

2.HDPE (polietileno de alta densidad)

Este tipo de material es el más seguro para su reutilización porque apenas libera sustancias de modo que sí se podría rellenar. Los fabricantes hacen con HDPE envases para productos de limpieza del hogar o de higiene personal (champú, gel, crema, jabón…), detergentes y cloro. También se fabrican tubos y muebles de jardín. En alimentación sirve para envasar aceite, leche, zumo, yogur o agua.

3.V o PVC (vinílicos o cloruro de polivinilo)

Igualmente es un material de alta resistencia. Se utiliza para limpiadores de ventanas, detergentes, champú o aceites al igual que para fabricar mangueras, equipamientos médicos, ventanas, tubos de drenaje, materiales para construcción, forro para cables, paneles, tarimas, canalones de carretera, tapetes.... No se recicla a menudo, no se debe quemar y no puede entrar en contacto con alimentos porque los contamina.

4.LPDE (polietileno de baja densidad)

Es un plástico fuerte, flexible y transparente que no desprende ningún químico en contacto con el agua por lo que se utiliza en la fabricación de ciertas botellas. Su uso habitual es en mobiliario, alfombras, bolsas, bolsas para guardar comida congelada o el pan. Tras su reciclado se suele aprovechar en la producción de contenedores, papeleras, sobres, paneles, tuberías o baldosas.

5.PP (polipropileno)

Casi todo los recipientes válidos para microondas son de PP por su dureza, barrera al vapor y resistencia al calor de modo que pueden contener líquidos y alimentos calientes sin que se vean afectados. Igualmente albergan cosmética, envases médicos, yogures, pajitas, botes de ketchup, tapas o fiambreras. Tras su reciclaje sirven para fabricar señales luminosas, cables de batería, escobas, cepillos, raspadores de hielo, bastidores de bicicleta, cubos, bandejas, etcétera.

6.PS (poliestireno)

En esta caso, el PS contiene sustancias cancerígenas, se puede derretir en contacto con el calor y es difícil de reciclar. Se utiliza en platos y vasos de un solo uso, hueveras, bandejas de carne, envases de medicamentos o cajas de CD. No se puede rellenar en caso de las botellas o reutilizar.

7.Otros

El último número identifica al resto de materiales difíciles de reciclar que son distintos a todos los nombrados. Agrupa por ejemplo el SAN (estireno acrilonitrilo) o el ABS (acrilonitrilo butadieno estireno). Aquí se incluyen algunas clases de botellas de agua, ciertos envases de alimentos, materiales a prueba de balas, DVD o gafas de sol.