Era una medida impopular del alcalde popular. Sin embargo, al parecer la suerte está echada para 105 de los 400 vecinos que hasta ahora se beneficiaban de la tradicional 'Suerte de pinos', que reparte entre los habitantes de Navaleno los beneficios que produce la tala de los pinares en la comarca. Según los medios de esa localidad, la medida -sustentada según las autoridades en el hecho de que no todos los vecinos empadronados en el pueblo viven en el pueblo- ya habría sido aprobada en la Junta Vecinal de la Madera y dejaría a al menos 105 'supuestos' vecinos sin los 300 euros anuales de beneficios -estos han ido menguando con el tiempo, sostienen los beneficiarios- que arroja la venta de la madera de los pinares comunes.
La llamada 'Suerte de pinos' o 'derecho de suertes' es una manera ancestral de gestionar los recursos forestales y un privilegio de posesión comunal del bosque que se remonta a las cartas pueblas concedidas en la Edad Media a las poblaciones de la comarca de Pinares, de Burgos y Soria, con las que se pretendía fomentar el asentamiento de vecinos, es decir que aquello de la España vaciada era una preocupación ya en esos remotos días. Así, reciben este beneficio -al que el alcalde se refiere como 'paga'- los vecinos que hayan cumplido 25 años y cuyos abuelos o padres ya lo hubieran recibido, ya que es hereditario.
Hoy sin embargo, las cosas han cambiado y el alcalde popular Luis José Lucas ha decidido cumplir de manera ortodoxa la ley y otorgar la 'paga' solo a los vecinos que vivan durante nueve meses seguidos en el pueblo. Para el alcalde, "en un pueblo de 500 personas se conoce quién vive y quién no. La decisión ha generado polémica entre los excluidos, sin embargo, la gente mayor del pueblo está encantada con la decisión de quitar a gente que no cumpla con los requisitos", ha sostenido en declaraciones al Diario de Soria, donde también ha afirmado que hay supuestos vecinos que pasan apenas unos días en el pueblo, y en otros casos ninguno. Dice también que actualmente hay gente empadronada en Francia pero que cobra la 'Suerte de pinos' porque sus padres poseían ese derecho.
"Cada pueblo tiene sus particularidades y deciden cómo aplicar la ordenanza -sostiene en e mismo medio- pero se tiende a aplicar la norma de esta manera, es decir, que sea un privilegio para aquellas personas que viven y mantienen en el pueblo y no para aquellas que viven en la ciudad y tienen al pueblo como sitio de recreo".