Una de las fantasías más recurrentes de los habitantes de las grandes ciudades es dejarlo todo para irse al campo. Especialmente en los días en los que parece que todo va mal, son muchos los que se imaginan disfrutando de una bucólica vida en algún pueblito de España, apartados de la tecnología, el ruido y la contaminación. Lamentablemente, las fantasías, fantasías son, y a no ser que tengas grandes sumas de dinero o un mecenas extremadamente generoso, hoy día resulta imposible abandonar nuestras obligaciones para marcharnos a vivir nuestra mejor vida.
Por suerte, existe una alternativa que nos permitirá disfrutar de una pequeña parte de la naturaleza en la gran ciudad: el huerto urbano. En los últimos años, cada vez son más quienes deciden reservar un espacio de su salón, terraza o balcón para instalar su propia huerta y cuidar de sus propios cultivos, y no es para menos. Estos pequeños espacios nos solo nos permiten disfrutar de todas las propiedades de las verduras y hortalizas, sino que también nos ayudan a ahorrar, relajarnos y a cuidar del medioambiente. Si esta primavera quieres aprovechar el tiempo que pasarás encerrado en casa para lanzarte a la aventura, aquí tienes una selección de frutas y verduras muy fáciles de cultivar que harán que le cojas el gustillo.
Algunos lo consideran una fruta; otros, una verdura. Sea como sea, el tomate es uno de los alimentos más fáciles de cultivar en casa y una de las mejores opciones para iniciarse en el mundo de los huertos urbanos. Tan solo tendremos que plantarlos en un espacio con una temperatura media de entre 15 y 30 grados en el que puedan recibir luz abundante, regarlos varias veces por la semana en pequeñas cantidades y podar las hojas más cercanas al suelo de manera frecuente, ya que pueden contraer enfermedades. Además, es recomendable que utilicemos una tierra rica en materia orgánica y de textura silíceo-arcillosa y que guardemos unos centímetros de separación entre cada planta de tomate para que puedan desarrollarse con normalidad. Eso sí, una vez hayamos hecho todo esto, podremos disfrutar de uno de los frutos tropicales más versátiles y nutritivos, y todo con un sabor mucho más intenso que el que suelen ofrecer los tomates cultivados en grandes superficies.
De la zanahoria se suele decir solo que son muy buenas para la vista, pero la realidad es que estos alimentos tienen muchos otros efectos beneficiosos para nuestro organismo. Gracias a su alto contenido en fibra, minerales y vitaminas, este vegetal originario de Europa y Asia Oriental nos ayuda a prevenir varios tipos de cáncer, a cuidar de nuestra piel, mejorar nuestro sistema digestivo, reducir nuestros nervios y vigorizar la mente. Su gran versatilidad nos permite consumirla de distintas formas, ya sea al vapor, al horno, hervida, cocida o simplemente cruda. Además, pueden cultivarse durante todo el año y de forma muy sencilla: solo tenemos que asegurarnos de que la tierra se mantenga húmeda, y listo.
Ricos en fibra, minerales, ácido fólico, capsaicina y numerosas vitaminas, los pimientos son un vegetal muy versátil originario de América Latina que podemos emplear en una amplia variedad de recetas, ya sea como acompañamiento o plato principal. En nuestro huerto, deberemos plantarlos en un terreno soleado y espacioso que les permita crecer en libertad y mantener un riego constante. Además, es preferible que los plantemos en primavera, ya que soportan mal el frío.
A Popeye le daban súper fuerza, y a nosotros las espinacas pueden aportarnos una gran cantidad de beneficios para nuestra salud. Ricas en minerales y vitaminas, esta verdura procedente de Persia nos ayuda a combatir la anemia, prevenir el daño celular, reducir el riesgo de sufrir cáncer o mantener la función cerebral. Son muy fáciles de cultivar, ya que no necesitan grandes cantidades de sol ni temperaturas muy altas y pueden adaptarse a cualquier tipo de suelo, siempre y cuando cuenten con los nutrientes necesarios. No obstante, cuando los plantemos debemos dejar una distancia mínima de 30 centímetros entre los cultivos para que crezcan adecuadamente.
Originarios de Oriente Medio, los guisantes son uno de los ingredientes más usados en la cocina mediterránea y una gran fuente de fibra y proteína vegetal. Su alto contenido en minerales y vitaminas C y de complejo B nos ayudan a fortalecer los huesos, regular los niveles de glucemia y colesterol y prevenir la anemia. Además, pueden utilizarse para hacer todo tipo de platos. Con capacidad para adaptarse a cualquier suelo, a la hora de cultivarlos es mejor hacerlo en un clima fresco y, preferiblemente, en otoño.