El cambio climático es el mayor reto de la historia de la humanidad. A pesar de que todavía hay políticos que reniegan de él, basta con echar un vistazo al telediario para corroborar que el calentamiento global es real y, sus efectos, devastadores.
Inundaciones, olas de calor cada vez más duraderas, huracanes, glaciares que se derriten y desprenden: de seguir así, la crisis climática acabará con el mundo tal y como lo conocemos, provocando la extinción de numerosos especies y ecosistemas y la desaparición de países, regiones y ciudades a lo largo de todo el planeta.
Ante esta situación, cada vez son más los multimillonarios que deciden invertir parte de su fortuna en buscar soluciones contra esta crisis. La filantropía medioambiental está ganando adeptos y, si bien es cierto que son estos ricos quienes más contaminan (según la ONU, el 1% más rico de todo el planeta produce el doble de emisiones contaminantes que el 50% más pobre), gracias a ella se están financiando una variedad de proyectos y tecnologías que, con suerte, podrán mitigar el daño del ser humano en el planeta.
Una de las últimas iniciativas en la lucha contra el cambio climático viene, precisamente, de dos de los hombres más ricos del mundo: Bill Gates, el fundador de Microsoft, y Warren Buffet, el llamado Oráculo de Oklahoma, la cuarta y la sexta mayor fortuna del mundo, según el último ranking de la revista Forbes.
En concreto, ambos magnates, a través de sus respectivas compañías, TerraPower y PacifiCorp, planean construir un reactor nuclear de próxima generación para impulsar el uso de las energías renovables y disminuir la huella de carbono.
Patentado con el nombre de Natrium, este armatoste se situará en una antigua planta de carbón ubicada en el estado estadounidense de Wyoming, el mayor productor de carbón de todo el país, y con él se pretenden cambiar las reglas del juego de la industria energética, tal y como señaló Bill Gates durante una conferencia virtual celebrada el pasado 2 de junio para presentar la iniciativa.
Para ello, este novedoso proyecto combinará un reactor rápido de 345 megavatios con un sistema de almacenamiento de energía basado en sales fundidas, que le permitirá aumentar su potencia hasta los 500 megavatios durante los picos de demanda y dar energía a, aproximadamente, 400.000 viviendas.
El reactor Natrium utilizará uranio natural o empobrecido en lugar de plutonio como combustible, lo que, unido a su eficiente tecnología, le permitirá reducir en cinco veces el volumen de residuos generados. Además, para disminuir los costes y la dificultad de la instalación, todos sus equipos no nucleares (es decir, las instalaciones mecánicas y eléctricas, entre otras) estarán separados, en edificios distintos, tal y como señalan desde el Foro de la Industria Nuclear Española.
Para llevar a cabo este proyecto, Natrium contará con financiación pública y privada. Hasta ahora, el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE según sus siglas en inglés) le ha otorgado 80 millones de dólares, mientras que el Congreso le ha concedido otros 160 millones, aunque está previsto que reciba más fondos en el futuro.
A través de su cuenta de twitter, Mark Gordon, el gobernador de Wyoming, ha destacado que este proyecto permitirá que el estado mantenga su estatus como líder del sector energético y creará cientos de puestos de empleo seguros y bien remunerados.
Para Bill Gates, la energía nuclear es vital para la lucha contra el cambio climático, ya que es la única capaz de proporcionar una fuente de electricidad escalable y libre de emisiones CO2. Sin embargo, varios expertos han señalado que los riesgos de estos reactores avanzados podrían ser mayores que el de los convencionales. Habrá que ver qué pasa.