Las pilas son más que necesarias para muchas cosas de nuestro día a día, pero también son contaminantes, por eso es necesario que cuando termina su vida útil se reciclen como es debido. Ahora podríamos estar más cerca de hacer más sostenible ese sector gracias las investigaciones de un grupo de científicos del Instituto de Microelectrónica de Barcelona (INB-CNM) que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y todo gracias al sudor
Una de las investigadoras, Neus Sabaté, explicaba en qué consiste el proceso en una entrevista con el CSIC, el desarrollo de baterías de papel desechables que se alimentan de energía de los líquidos mencionados. "Juntamos ideas: utilizar fluidos y alimentar una batería. Y pensamos: ¿y si hacemos una pila de papel? El test de embarazo es de papel y la orina podía utilizarse para sacar energía con un solo uso y de manera más contenida", relata la investigadora.
Esa futura batería que podría dar un cambio a la industria consiste en un trozo de papel que contiene dos electrodos dormidos. Cuando la orina llega a la batería estos se despiertan porque "el líquido hace de electrolito y empiezan a generar energía durante los minutos que se necesiten. Por ejemplo, un test de embarazo necesita tan solo tres minutos", explica.
Además de la orina, han desarrollado un parche con una batería de papel que se compone por un circuito electrónico y que va colocado en el brazo de tal forma que absorbe el sudor que genera la energía en la batería. Una vez se usa puede desecharse tranquilamente porque no tiene ningún tipo de impacto ecológico. "La electrónica es muy sencilla porque la misma batería es fuente de energía y sensor a la vez", expone.
Por su parte, para la sangre el glucómetro aún es un prototipo de laboratorio fabricado con materiales no tóxicos que se puede tirar tras un solo uso. Su funcionamiento es sencillo, se coloca una gota de sangre en la pila y se extrae la energía de la glucosa al oxidarla que no solo ofrece energía, también indica los niveles de glucosa de cada uno en sangre.
El cambio no es fácil, pero tampoco es imposible. Con estas baterías de papel se lograría reducir el uso de las pilas de botón que contienen elementos contaminantes y corrosivos. Con estas baterías se puede generar energía más benigna, “usamos carbono, metales no tóxicos, y reemplazamos los electrolitos corrosivos por los mismos fluidos (orina. Aún así, la investigadora es consciente de que el nivel de energía no es comparable con las pilas al uso, pero más que suficiente para aplicaciones de pequeño formato o de un solo uso.
La glucosa es clave, "generamos energía de la glucosa presente en todos los fluidos de nuestro cuerpo con la oxidación de sus moléculas. Usamos la misma estrategia pero le acoplamos un cátodo como si fuera una batería. Esto genera energía porque hay un voltaje y cuanta más glucosa tiene una persona, más energía se genera", ha explicado Sabaté.