¿Es rentable invertir en empresas sostenibles? ¿Qué son los criterios ESG y porqué son el futuro?
Sostenible es aquella empresa que cumple unos requisitos en cuanto a criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo
Con la inversión en estas empresas no se corre el riego de denuncias, por ejemplo, por vertidos y su repercusión en la Bolsa
La producción y la fidelidad de sus plantillas son una garantía para los inversores
Realmente algo está cambiando cuando los inversores buscan proyectos y compañías “verdes”, sostenibles, donde colocar el dinero. Empiezan a creer que son el futuro. En Uppers queríamos saber qué significa invertir en sostenibilidad y sobre todo por qué la rentabilidad de empresas sostenibles comienza a despuntar. Sin embargo, antes es necesario definir qué es una inversión sostenible. Según la normativa europea, son todas aquellas que contribuyen a un objetivo medioambiental, para lo que se han establecido los criterios ESG, las siglas de las palabras en inglés: medio ambiente (E), social (S) y gobernanza (G).
El origen de estos criterios se remonta a varias décadas atrás, pero durante los últimos años se han posicionado en la punta de lanza de la inversión socialmente responsable (ISR).
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Criterios ESG de una empresa
Criterios medioambientales: abarcan el efecto que la actividad de las compañías tiene en el medioambiente, de forma directa o indirecta. Son aquellos proyectos basados en la reducción de los riesgos climáticos, la escasez de recursos naturales, la contaminación, los residuos, las emisiones de gases de efecto invernadero o en el impacto sobre la biodiversidad. También se marcan como objetivos las oportunidades medioambientales, los procesos productivos sostenibles, la eficiencia en el uso de las energías renovables o la economía circular.
Criterios sociales: se centran en el impacto que una firma concreta genera en su entorno social y en la comunidad. Engloba los aspectos laborales y de responsabilidad en cuanto a sus productos, riesgos, seguridad de los datos... Son compañías que fijan su atención en objetivos sociales y que luchan contra la desigualdad al igual que refuerzan la integración social.
Criterios de gobierno corporativo: se refieren al gobierno corporativo de la empresa, es decir, a la composición y diversidad de su Consejo de Administración, de la misma manera que a las políticas de transparencia en su información pública y a sus códigos de conducta. Este tipo de prácticas de gobernanza son las que aportan seguridad económica y jurídica además de fomentar el crecimiento sostenible de las compañías.
Los inversores buscan sostenibilidad
A la hora de seleccionar los activos de una cartera de inversión, los criterios financieros siguen primando, pero se tiene en cuenta el impacto positivo o negativo de cada decisión. Al igual que los inversores tratan de excluir las prácticas empresariales que no son ni socialmente responsables ni sostenibles, el objetivo es que el resultado de la operación tenga dicho impacto, pero positivo y real en el mundo. Por fin se entiende que las empresas que se están focalizando en cumplir los criterios ESG son las que podrán ser competitivas. Es decir, se está apostando por las inversiones sostenibles.
Además, el parón generado por la Covid-19 ha llevado a que los inversores se fijen en los proyectos a largo plazo, en esas empresas cuyos objetivos se enmarcan como fundamentales de cara al futuro, que son realmente sostenibles y han demostrado que son capaces de recuperarse rápidamente ante cualquier eventualidad. Hoy, los tipos de interés son muy bajos pero está en plena aceleración la digitalización y la implantación de las nuevas tecnologías. Sin embargo, la rentabilidad ya se tiñe de verde porque los inversores también buscan una mayor conciencia social y medioambiental.
Los expertos en Bolsa apuntan que aquellas empresas que se rigen por los criterios ESG permiten un mejor conocimiento de la gestión de sus riesgos y de sus actividades. Al cumplir con esa serie de objetivos sostenibles muchos de los riesgos de sus proyectos se reducen porque se autorregulan. Por tanto, será menos probable que sean denunciadas por contaminación o multadas con el consiguiente perjuicio que ello conlleva para su imagen y las consecuencias que genera en los mercados financieros. De la misma forma, el respeto de los derechos de sus trabajadores, la integración y la igualdad por parte de las empresas repercute en la plantilla en cuanto a aspectos tan relevantes como la fidelidad, la satisfacción y la productividad.
Entre las compañías que empiezan a llamar más la atención de los inversores están, por ejemplo, las que se han centrado en las energías renovables, en la agricultura sostenible, en el desarrollo de las smart cities, en el aprovechamiento de los residuos orgánicos o en el reciclaje de plástico.