Los incendios han cambiado: El 'gurú del fuego' sabe por qué ya no podemos combatirlos como hace 30 años
Itziar Nodal
Marc Castellnou ha estado presente en los incendios más virulentos dentro y fuera de nuestras fronteras
Lleva décadas luchando contra el fuego y asegura que ya no basta con apagar los incendios: los bosques han cambiado
Marc Castellnou se ha convertido en ‘el bombero’. Nacido en Tivissa, Tarragona, en 1972, asegura “haber caminado siempre entre bosques quemados” y recuerda perfectamente su primer incendio: “fue a los nueve años, y llevaba comida a los que lo estaban apagando”. Quizá por eso, el fuego se ha convertido en su vida y la lucha contra él en su máxima prioridad. Ha estado presente en innumerables incendios, dentro y fuera de España. En la devastación de Portugal y Chile, hace apenas dos años, también en los de Francia, Grecia o Italia. Incluso en los de California, el año pasado.
En tan solo 12 días de verano, en nuestro país se han quemado más de 10.000 hectáreas. Los fuegos de Toledo y Madrid siguen activos, el de Tarragona ya se ha estabilizado. Precisamente en este último ha estado presente Castellnou, que es también jefe del Graf, Grupo de Refuerzo de Actuaciones Forestales de la Generalitat. Dentro de sus prioridades no está solo la extinción, sino también la adaptación de los bosques. Para ello creó, y preside, la Fundación Pau Costa, que se dedica a la investigación de estos fenómenos.
Es ingeniero forestal y pionero en introducir la ecología del fuego (ciencia que estudia el papel del fuego en la naturaleza) en la toma de decisiones. También en promover la quema prescrita, tomando como punto de partida el cambio climático y la evolución de los bosques. Su labor también fue reconocida con la Medalla al Mérito de Protección Civil, que le otorgó el gobierno de España en 2017.
Dentro de sus labores da especial importancia a la de tratar de explicar cómo han cambiado los incendios en los últimos años. Insiste en que extinguir no es suficiente, sino que entender el ecosistema, adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y crear bosques más resistentes deben ser las prioridades para evitar fuegos masivos y muy destructivos.
Diez reflexiones de Castellnou sobre los nuevos incendios y cómo combartirlos
El cambio climático está llevando a una modificación más que significativa del tipo de incendio. Son incendios cada vez más rápidos e intensos.
Estamos atacando los incendios con la mentalidad de los años 90 cuando los bosques ya han cambiado por el calentamiento global.
Se generan condiciones en las que se libera tal nivel de energía que el fuego tiene capacidad de modificar las características meteorológicas a su alrededor y crear lo que denominamos una tormenta de fuego, que conduce el incendio, generando aceleraciones, rayos, nuevas igniciones y, sobre todo, vientos erráticos que hacen imprevisible su rumbo.
Hacemos frente a condiciones que hasta ahora eran muy poco frecuentes y que no sabemos cómo van a afectar a los paisajes.
Tenemos que conseguir paisajes más resilientes mediante un proceso que no debe ser defensivo, sino creativo. Hay que ayudar al ecosistema a que cambie. Si seguimos empeñados en salvar todos los bosques solamente conseguiremos tener incendios más grandes.
Después del fuego, los nuevos bosques tendrán menos masa vegetal y estarán mejor adaptados a las nuevas condiciones climáticas, aunque todo esto tardará unas cuantas décadas.
Tenemos bosques estresados y debilitados, que se formaron con un clima distinto al actual, por lo que son más propensos a quemar.
Hay que mirar el monte como un ecosistema que tiene que estar sano. Esto no se arregla sólo a base de más medios para prevenir o extinguir. y que tener ecosistemas sanos y diversos, que mantengan la biodiversidad en equilibrio con un clima que está cambiando... Eso implica ordenar masas forestales, adaptar los montes al cambio climático.
El concepto de: hay un fuego, vamos y lo apagamos, se ha quedado obsoleto. Ya no funciona. Hay que dar una vuelta de tuerca más, y eso pasa por ayudar a los bosques a cambiar.
Como sociedad tenemos que plantearnos qué queremos hacer: seguir invirtiendo en extinguir estos grandes incendios y frenar la emergencia; o ayudar a los bosques a hacer el cambio. Por el momento, estamos invirtiendo en paracetamol para calmar un dolor de cabeza, en lugar de poner los esfuerzos en mejorar salud para evitarlos