Esta misma semana, una fotografía estremecía al mundo entero por su crudeza e intensidad. Ritsopi Panayiota, una mujer griega de 81 años, se lleva la mano al pecho y cierra los ojos. Un gesto de dolor capitaliza el centro de la imagen, en una mueca pesadillesca que recuerda a la famosísima pintura de Edvard Munch, El Grito. Detrás, un mar de llamas engulle su casa, situada en el pueblo de Gouves, en el Mar Egeo. La imagen, tomada por el fotógrafo Konstantinos Tsakalidis, ilustra la magnitud de los incendios que acosan, desde hace una semana, a la isla de Eubea, Grecia. Una realidad que evidencia los efectos del cambio climático y deja una pregunta en el aire: ¿Qué planeta vamos a dejar a nuestros hijos?
En Uppers nos preocupa la situación actual y el mundo que legaremos a nuestros descendientes. Por ello, lanzamos un especial sobre incendios y cambio climático en el que entrevistamos al experto forestal Juan Picos y contamos cómo es el dispositivo que sirve como dique de contención ante este tipo de catástrofes, cada vez más tristemente recurrentes.
No solo arde Grecia. La temporada estival está siendo un infierno para los bosques de diferentes regiones, algunas de ellas frías. Es el caso de Rusia, donde el fuego ya concentra casi 1,5 millones de hectáreas en el extremo más oriental de Siberia, Rusia, según informaron autoridades rusas en declaraciones recogidas por EFE. Conviene recordar que Yakutia, la zona que se está llevando la peor parte, es una de las más frías del país, ya que tiene frontera con el océano Ártico. También ha alcanzado temperaturas récord este verano, llegando hasta unos anómalos 39 grados.
¿Debería sorprendernos? No es la primera vez que esto ocurre. La zona lleva dos años consecutivos ardiendo y llegando a esas altas temperaturas. "La utilización del fuego en esa zona es bastante común. Los trabajadores se dejan las fogatas en el el bosque. El contacto de los ferrocarriles con los raíles también generan incendios. En esas latitudes, ese tipo de chispas generan problemas", afirma a Uppers Miguel Ángel Soto, portavoz de incendios de Greenpeace España. "El cambio climático ha hecho que el verano ártico sea muy diferente. Nos encontramos ante situaciones que ya estaban ocurriendo, escenarios de futuro que se barajaban como probables", advierte. A ello hay que sumarle el descongelamiento del permafrost, las capas de hielo permanentemente congeladas.
California, en Estados Unidos, también es noticia durante los últimos días por el avance de las llamas. 'Dixie' -así ha sido bautizado el incendio forestal- es ya el segundo más grande en la historia del estado. Han ardido 187.000 hectáreas, con 400 casas y negocios sometidos al incesante fuego, según cuenta Europa Press. La situación dista de estar bajo control, mientras los bomberos se esfuerzan por intentar curar una región que continúa sangrando.
La misma semana que Grecia, Rusia y California quedan a merced de las llamas, la ONU ha publicado un informe encargado al IPCC, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, para evaluar los efectos del cambio climático y ofrecer una perspectiva de futuro, que en base a las conclusiones, es muy poco halagüeña. Los objetivos marcados en el Acuerdo de París -un compromiso de más de un centenar de países de la ONU que tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura del planeta en 1,5 grados como máximo durante las próximas décadas- podrían tambalearse, según destaca el documento.
¿Y qué supone no limitar el aumento de temperatura? El informe apunta que, con un incremento de la temperatura en 1,5 grados, habrá un aumento generalizado de las olas de calor, con un alargamiento progresivo de las estaciones cálidas. Esto provocará, al mismo tiempo, un caldo de cultivo propicio para fenómenos extremos como incendios descontrolados, incluso en zonas frías en las que ni siquiera se nos pasa por la cabeza que pueda desarrollarse un fuego intenso.
El informe también ha podido establecer, por primera vez, que la huella que hemos dejado los humanos en el planeta es uno de los principales factores en todo este proceso de paulatina merma medioambiental. "Desde hace décadas es evidente que el clima de la Tierra está cambiando, y el papel de la influencia humana en el sistema climático es indiscutible", explica la Copresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC, Valérie Masson Delmotte.
Aunque la relación entre cambio climático y aumento de los incendios podría parecer evidente, también es importante recalcar que un eventual aumento de las temperaturas no significa, per se Así lo manifiesta Juan Picos, director de la Escuela de Ingeniera Forestal de la Universidad de Pontevedra - Universidad de Vigo, en declaraciones a Uppers. En esta sucesión de fuegos descontrolados tiene mucho más que ver "el abandono agrícola y la despoblación rural".
¿Por qué? Miguel Ángel Soto apunta hacia el crecimiento de la vegetación derivado de la no presencia humana en el entorno rural. "Antes, en el medio rural vivía mucha gente. Había toda una actividad económica en torno a la biomasa. Ahora, las vacas no comen pasto; crece la vegetación, se matorraliza el monte y, por tanto, es más susceptible de arder.
"El cambio climático cocina los ingredientes que ya hemos puesto", resume Picos.
Los expertos coinciden en que la próxima década será esencial para reducir el impacto del cambio climático, determinado en gran medida por el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. "Si queremos estabilizar el clima será necesario reducir de forma sustancial, rápida y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero para finalmente lograr cero emisiones netas de CO2", afirma Panmao Zhai, Copresidente del Grupo de Trabajo I del IPCC.
"Les vamos a dejar un mundo distinto al que nos hemos encontrado, y no solo por nuestra culpa", subraya el experto forestal Juan Picos. "Lo que es objetivo es que los que nacimos a primeros de los 70 recibimos un mundo, incluso en nuestro caso un país, que estaba comenzando muchos cambios. Marca el inicio de una época en la que se recrudeció el abandono agrícola y la despoblación rural. Les vamos a dejar un mundo más urbanizado, donde tenemos un abandono de las actividades que hemos realizado en el mundo rural", opina.
El experto Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España, coincide con Picos en el papel de la despoblación rural como factor de riesgo a la hora de facilitar la aparición de incendios, aunque aporta varias causas que han generado ese caldo de cultivo del que hablábamos anteriormente. Desde la reducción del presupuesto de prevención a la creciente construcción de edificaciones en entornos forestales, cada vez es más complicado defender un incendio.
"O gestionamos nosotros el paisaje o lo hará el fuego de manera abrupta y con costes económicos y humanos", resume Soto.
A nivel climático, Picos rechaza señalar con el dedo a ninguna generación y sostiene que es en el momento actual donde la transición rural-urbana parece más severa. "Los problemas climáticos vienen de antes, pero estamos en el escalón más abrupto y por tanto nos tiene que dar pie a la reflexión", señala. Tampoco cree que esté todo perdido, pero reconoce que el escenario es complicado. "Probablemente no tengamos muchas formas de cambiar algo que tiene una inercia tan grande. Podemos conseguir que no empeore más, pero no revertirlo", agrega sobre el cambio climático.
En este vídeo te dejamos la entrevista con Juan Picos, experto forestal, quien ha hablado en exclusiva con Uppers para comentar algunas de las claves sobre el futuro de los incendios descontrolados y el papel de los humanos como dique de contención de los mismos. ¡Dale al play!