En 1994, el astrónomo y escritor Carl Sagan, imaginaba en su libro 'Un punto azul pálido' cómo la Humanidad podría llegar a destruir o desviar un asteroide que supusiera una amenaza real para la Tierra: "que uno o más proyectiles nucleares de gran potencia hicieran estallar el asteroide o cometa en pedazos o hacer explotar armas nucleares en sus cercanías para desviar su trayectoria". Hoy, 27 años después, la NASA ha lanzado una nave para intentar cumplir el anhelo de Sagan y, de paso, investigar sobre esas posibilidades.
Para la ciencia ficción no es nada nuevo. Ya vimos cómo Bruce Willis aterrizaba en un asteroide para implantarle una bomba nuclear y salvar a nuestro Planeta, pero, en este caso, por suerte, la ciencia supera a la ficción y la aventura no es tan arriesgada. Ni siquiera por la cercanía del asteroide. Si en 'Armageddon' la amenaza era inminente y apenas tardaban unos días en llegar hasta él, en el caso de la vida real la misión DART de la NASA tardará un año hasta localizar a su objetivo.
Una vez que la sonda llegue al sistema de asteroides Didymos se dirigirá a Dimorphos, uno de los dos que lo componen y que tiene unos 160 metros de diámetro. Cuando se encuentre en posición, la sonda DART únicamente tendrá que orientarse hacia él para "dejarse estrellar". ¿El resultado que se espera? Un cambio en la órbita de Dimorphos respecto a su posición con el Sol. Como están tan lejos de la Tierra y, de hecho, no suponen ninguna amenaza para nosotros, se podrá observar únicamente con una perspectiva científica y no con la necesidad de tener que salvar a la Humanidad.
Sí, y mucha, además. Del éxito de esta misión de prueba dependerá que, en los próximos años, se pueda validar un sistema de protección terrícola respecto a las amenazas externas en forma de grandes meteoritos.
"Todavía no hemos encontrado ninguna amenaza significativa de impacto de asteroide para la Tierra, pero seguimos buscando esa población considerable que sabemos que aún está por encontrar. Nuestro objetivo es encontrar cualquier posible impacto, con años o décadas de antelación, para que pueda ser desviado con una capacidad como DART que es posible con la tecnología que tenemos actualmente", dijo Lindley Johnson, oficial de defensa planetaria en la sede de la NASA
Mientras que el asteroide Didymos mantendrá prácticamente intacto su movimiento alrededor del Sol, se espera que la colisión desvíe la órbita del pequeño asteroide Dimorphos de manera pequeña pero inconfundible, una fracción de un 1%, lo suficiente como para que se pueda medir con radares y telescopios terrestres.
Además, dentro de la nave DART va DRACO, la cámara de reconocimiento, que es el único instrumento a bordo, pero que será fundamental porque introducirá sus imágenes en el algoritmo de navegación en tiempo real para que, en las últimas horas de la nave, guíe a DART de manera precisa y automática hacia su objetivo. Todo esto lo veremos dentro de un año, cuando DART esté próxima a su destino final.