Pasada la segunda semana de aislamiento en España a causa de la pandemia y mentalizados de la importancia de no salir de casa, las ganas de evasión no decaen. Más bien todo lo contrario. Ofertas no faltan: tenemos una agenda diaria de actividades online con la que no damos a basto: flamenco, yoga, conciertos, clases de cocina... Pero ese intento de ocupación constante no impide que las paredes pesen y nuestra mente, sobre todo para aquellos a los que la crisis del coronavirus les ha pillado en la ciudad, sin vistas y con la ansiedad propia de estos tiempos raros, pida a gritos salir a la naturaleza, desconectar y no hacer nada. Algo así como: ahora mismo solo querría tumbarme y escuchar pajaritos.
Con una propuesta a medio camino entre el refugio relajante que proporcionan los vídeos de sonidos de la naturaleza que proliferan en YouTube alargándose durante horas y lo didáctico, el Museu del Ter cuenta en su página web un espacio para aprender a identificar las aves de río. Un mapa ilustrado que, al pulsar sobre cada uno de los diferentes pajaritos, muestra su nombre y permite escuchar su canto. Petirrojos, ruiseñores, mirlos o herrerillos, con los que familiarizarse, conociendo también la historia de sus migraciones a lo largo y ancho del territorio.
Igual que esta web, existen otras apps que pueden ayudar a reforzar el aprendizaje fuera de libros y con una sensación más realista y dinámica, como iKnow Birds. Esta cuenta con una versión europea y otra americana que incluye especies propias de cada continente y permite algo similar: cada imagen despliega una ficha completa del pájaro en cuestión, permite escucharlo cantar y da información. Con un funcionamiento similar, está la plataforma Sunbird, que ofrece diferentes versiones de aplicaciones de sonidos e información de la naturaleza más allá de los pájaros, como plantas y otros animales.
Conocimientos que, una vez que podamos recuperar los paseos por el campo podremos poner en práctica ayudando a identificarlos. Para ello existe otras aplicaciones que, al estilo Shazam, captan el sonido del pájaro y lo identifican, como Song Sleuth, que permite hacer un registro de aquellos pajaritos que ya has reconocido.
Aunque los hay que, dentro de esos otros fenómenos naturales que el tiempo de cuarentena nos está dejando -los pavos reales tomando las calles de Madrid y los canales de Venecia cristalinos recuperando sus peces-, dicen despertarse ahora con canto de los pájaros que antes el ruido de los coches silenciaban, sin necesidad de salir. Si no es tu caso, Bird Sounds, Listen & Relax promete exactamente lo que su nombre indica: escucha y relajación desde el lugar que tú elijas.