Vista, oído y calma: cómo dar casi de verdad un paseo por el bosque desde el salón
Te decimos cómo te lo puedes montar para viajar un poco sin moverte del sofá: ¡no es lo mismo, pero funciona!
Salir a pasear porque sí. El encierro de cuarentena nos está haciendo echar de menos rutinas que ni siquiera teníamos. No hace falta haber sido un experto dominguero antes del encerramiento para pensar en lo mucho que necesitamos salir a andar rodeados de verde y sentir las bocanadas de aire en la frente y las mejillas. Quizás no lo habíamos puesto en valor hasta el momento, pero lo sospechábamos: caminar despeja, reduce el estrés, mejora el ánimo e incluso fomenta la creatividad.
Lo explica el periodista Jaime Rubio Hancock en La ciencia del caminar, un artículo publicado en la revista Salvaje. "Andar al menos 30 minutos cuatro o cinco veces a la semana 'proporciona cambios positivos significativos, pequeños, pero acumulados en la salud de los pulmones, el corazón y, especialmente, el cerebro", escribe a partir del libro In Praise Of Walking, del neurocientífico Shane O'Mara. Hacerlo además por la naturaleza, recoge Rubio, aumenta los beneficios, pues esta nos libra de la mayor estimulación y peligros con los que topamos por la urbe.
Como el aislamiento por coronavirus nos ha pillado a casi todos en un piso, y no en una casa con terreno para poner a funcionar las piernas y caminar a nuestras anchas, recopilamos algunas formas de acercar el efecto paseo de forma sensorial hasta el sofá.
Paseo virtual por el bosque
Los paseos virtuales por el bosque son un género en sí mismo. Con imágenes grabadas por el propio caminante con planos subjetivos, en los que el sonido de las pisadas, de los animales del entorno o el tambaleo propio del caminar suman realismo a la experiencia. Estos son la versión mejorada de las visitas virtuales tipo Google Street View o esas fotos panorámicas a 360 grados que funcionan mejor para entornos más estáticos, como los museos.
Se pueden encontrar en buscadores, pero hay proyectos como el de Video Walks Around The World, que los reúne localizados en forma de mapa. Cada punto -hay casi 700- te lleva un vídeo que a su vez sumerge en una experiencia que no se limita a bosques, parque o espacios naturales; también existen los paseos virtuales por ciudad, para quienes echen de menos mezclarse. Aquí algunos ejemplos algo más verdosos: un paseo por el bosque de la Ñora (Gijón, Asturias), por el japonés Aokigahara, bajo el monte Fuji. Y otro por Wendover woods (Buckinghamshire, Inglaterra).
Maneras de hacer la experiencia aún más inmersiva: si tienes un proyector y una pared blanca, aprovecha para poner la imagen en grande, proyectada de suelo a techo para que parezca que estás dentro. Usar unas gafas de realidad virtual o hacerlas tú mismo con tu smartphone y un cartón -hay multitud de tutoriales- es otra opción. Si además en casa tienes una cinta andadora, la experiencia cobra más sentido.
Relato y banda sonora de los bosques españoles
"Un recorrido visual y un calendario sonoro". Carlos de Hito publicada su Viaje visual y sonoro por los bosques de España en Anaya Touring como billete de ida al interior de parajes naturales de todo el país. Imágenes e información que en papel aportan conocimiento y una serie de pistas de audio que dan pie a otro tipo de viaje: el sensorial. "En este libro el bosque se cuenta a sí mismo a través de sus sonidos (...) Los textos nos cuentan un relato de cada espacio, una referencia a la vegetación, a la fauna o a los usos tradicionales. Pero su historia natural solo queda completa con la escucha de su propia banda sonora". El viaje se extiende "desde los abetales pirenaicos hasta los bosques de niebla canarios, desde los hayedos y robledales del lluvioso Cantábrico hasta los pinares que colonizan las dunas de Doñana".
Si quieres hacerte con él más adelante por aquello de evitar exponer a trabajadores al riesgo y contribuir también al pequeño negocio haciéndote con él en una librería local, puedes mientras tanto sumergirte en los sonidos del bosque recurriendo a las pistas de audio.