Ventilación con aire ionizado: la nueva esperanza contra el coronavirus que ya usan hoteles, oficinas, teatros y restaurantes
Esta nueva técnica provoca una guerra invisible entre las moléculas de oxígeno que ha sido cargado previamente y las partículas que están per se en el ambiente de cualquier estancia
Ya hay distintos establecimientos que lo han instalado, como hoteles y restaurantes, y se está posicionando como una esperanza contra el SARS-CoV-2 en el aire
Llegan las bajas temperaturas y, en breve, tocará ir cerrando las terrazas de bares y restaurantes. Los ventanales de oficinas y hoteles seguirán la misma suerte. Volveremos a los interiores y, con ello, el riesgo de contraer el coronavirus por no hacer una buena ventilación. Una de las soluciones que ya han aplicado en la Casa Batlló y el Hotel Stay Together en Barcelona o el restaurante 'El Molino de Alcuneza', en Guadalajara, es la ionización de plasma frío de su aire interior. Para explicar esta nueva tecnología, hemos preguntado a Juan Gil, CEO de Pradditive, especializada en este tipo de sistemas de purificación adaptados al sistema de ventilación y/o climatización.
Qué es la ionización del aire
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Para entender este concepto tenemos que entender el espacio en el que nos encontramos como un lugar lleno de diminutas moléculas de oxígeno y partículas en suspensión portadoras de bacterias y virus, mohos, esporas, etc. Cada uno de estos elementos tiene una carga, negativa o positiva, y de lo que trata la ionización es cargar las moléculas de oxígeno con cargas positivas y negativas para poder mejorar la filtración existente sin lastrar la instalación actual. Es, en definitiva, una guerra invisible que sucede delante de nuestras narices.
"Desde nuestro sistema, la ionización carga eléctricamente las moléculas de oxígeno con un ion positivo o negativo y cuando entra en contacto con las partículas presentes en el aire interior de una instalación, con el aire de una sala, nuestras moléculas atraen al resto de partículas como si fueran imanes. Esto produce agrupaciones de partículas, de mayor tamaño que una individual, y se dirigen mediante el retorno hacia el filtro del equipo de ventilación o de climatización. Este, al ser más pequeño que el tamaño de las nuevas partículas agrupadas no permite que entren en el interior y hace que un filtro de categoría inferior rinda como uno de mayor capacidad", explica Juan Gil.
De dónde salen estos iones
En los propios sistemas de ventilación y climatización que ya están instalados en el recinto se pueden aplicar los equipos de esta tecnología. Según describe el CEO de Pradditive, "se adapta al sistema de ventilación y de climatización para trabajar con cualquier caudal de aire y velocidad, y no lastra la instalación haciendo que esta consuma mucha más energía". La "magia" se produce en unos pequeños aparatos que se instalan en los equipos tradicionales y es a través de la corriente de aire forzado por donde comienzan a salir moléculas de oxígeno, ahora ionizadas, que van directas al ambiente interior.
Por qué ayuda a combatir el SARS-CoV-2
Realmente, este tecnología tiene una eficacia demostrada y certificada de prácticamente el 99,9% contra virus y bacterias presentes en el ambiente interior, y habitualmente ha sido usado para purificar el aire existente en los quirófanos y en las cadenas de producción de empresas de alimentación, donde no se puede correr el riesgo de que un patógeno quede al libre albedrío y produzca una contaminación aérea.
La ionización elimina virus como el SARS-CoV-2 de tres maneras: la primera, mediante el filtrado de las partículas que han cambiado su carga con las de oxígeno ionizado; la segunda, porque "en contacto con un virus o bacteria lo que ocurre es que ceden la diferencia de potencial dada artificialmente y esto es energía suficiente para perforar la membrana exterior del patógeno, provocando la oxidación lipídica", explica Gil; la tercera, porque al aumentar la masa de la partícula "agrupada" esta cae al suelo mucho más rápidamente y se deposita en el suelo, alejándose de las vías aéreas del ser humano.
¿Produce algún tipo de contaminación en el ambiente?
A diferencia de las lámparas de ultravioleta o de ozono que tan de moda se han puesto para tratar de inactivar el virus, la ionización, según Gil, no produce contaminación atmosférica. "El mercado pensó que el ozono era la panacea, pero en una alta concentración es incompatible con la vida. Está terminantemente prohibido proyectar un contaminante sobre las personas. Ambas pueden ser buenas tecnologías, sí, pero si se usan correctamente y nunca en presencia de personas; en cambio la ionización no produce ozono y cumple con la normativa americana UL 2998 – 'Zero Ozone Emissions'", comenta.
Además, la propia tecnología de la ionización ha sufrido una drástica evolución en los últimos tiempos. En un primer momento, para generar los iones se utilizan lámparas de ionización insertadas en los equipos de ventilación o climatización, pero "esa tecnología se basaba también, como la ultravioleta, en un proceso fotocatalítico, lo que produce ozono como residuo y se tiene que controlar", cuenta Juan Gil.
Por eso, actualmente se utiliza la llamada 'tecnología de punta de aguja', "donde renunciamos a las lámparas de ionización y esto nos ha permitido miniaturizar los equipos al punto que hoy podemos instalar equipos de un par de milímetros de grosor dentro de un mini-split. Además se eliminan los costes de mantenimiento y reposición de lámparas. Por ejemplo, un hospital cada año tendrá que cambiar las lámparas ultravioletas de sus equipos, lo que supone reinvertir hasta un 85% de su inversión inicial. Un disparate", cuenta el especialista.
¿Cuánto cuesta esta ionización del aire?
En primer lugar, desde esta empresa especializada dejan claro que es una tecnología que está sobre todo indicada para establecimientos que dispongan de proyecto de climatización realizado por una ingeniería. Aun así, existen varias horquillas de precios que nos indican con ejemplos concretos de lugares donde ya lo han instalado.
Por ejemplo, en el restaurante con una estrella Michelín 'El Molino de Alcuneza' lo instalaron en un equipo de pared por unos 1.200 euros, desplazamiento incluido. En un edificio de 12 plantas llevaron a cabo la implantación del sistema por 186.000 euros, 15.000€/planta, a unos 0,7€/m(2). El último ejemplo que pone Juan Gil es el del Hotel Silken Maravillas, en Estepona, que prevé su instalación en sus 78 habitaciones y áreas comunes a un precio medio de 24,53€ por habitación y mes los próximos 3 años.
Un certificado que no es baladí
Por último, una vez se realiza la instalación, cabe la posibilidad de emitir un certificado del resultado. De cara al empresario, es una pieza importante porque aumenta las garantías jurídicas de la empresa y limita su Responsabilidad Civil ante una demanda. "Ninguna póliza cubre un accidente laboral por contagio de coronavirus, así que con este certificado se protege al administrador de la empresa determinando que la instalación ni es, ni puede ser, el foco de contagio", comenta Juan Gil.
El primer edificio abierto al público con esta certificación de calidad del aire ionizado es Casa Batlló, en Barcelona. "Allí pasan unas 300 personas a la hora, y hemos demostrado que no hay volátiles nocivos en suspensión ni trazas de SARS en el aire o superficie. Esta tecnología jamás se pensó contra el SARS-CoV-2, sino para mejorar la calidad del aire. Sin embargo, la certificación que podemos ofrecer de la mano de la certificadora está mucho más avanzada y es más exigente que las de procedimientos de higiene; esta es más real porque no solo analiza la calidad del aire de forma continuada, si no la presencia de patógenos en aire y superficies", concluye.