Si hablamos del orden de los planetas del Sistema Solar nos encontramos con que la Tierra es el tercero, justo después de Venus, ese planeta que se encuentra en el ojo de la humanidad después de que se haya encontrado fosfina en sus nubes, un gas que en nuestro planeta lo generan los seres vivos. Entonces, ¿hay vida en Venus? Es difícil saberlo desde nuestra posición, pues para averiguarlo habría que coger un cohete e ir hasta allí, una misión sobre la que ya se trabaja pero que no despegaría, por lo menos, hasta 2026. Parece que tras el hallazgo la curiosidad que siempre hemos tenido sobre Marte se ha trasladado hasta Venus, por eso te traemos algunas cosillas sobre nuestro vecino que podrían interesarte.
Parece que Venus y nuestro planeta podrían ser gemelos, pues además de estar juntos tienen un tamaño similar, aunque nuestro vecino es algo más pequeño, con 6.052 kilómetros de radio y unos 12.104 kilómetros de diámetro entre los polos. Además, se dice que en algún momento pudo ser muy similar a la Tierra al contar con océanos, pero su alta cantidad de CO2 ha provocado un gran efecto invernadero que hace que todo el agua haya sido evaporada.
Como el resto de planetas, Venus cuenta con el nombre de un dios romano, en este caso, una diosa. Venus, Afrodita en la mitología griega, es la diosa del amor, la belleza y la fecundidad, que nació de la espuma del mar surgida de los genitales de Urano tras ser castrado por su hijo Saturno.
Entre los datos que se conocen sobre la superficie de Venus se sabe que la vida allí es algo complicada por algunas razones. Entre todas ellas destaca una en especial: su viento. Si por algunas rachas fuertes nos quejamos, no tienen nada que ver con los más de 700 km/h que puede alcanzar el viento sobre su superficie.
La vida en Venus se complica aún más al conocer cómo es su lluvia. Este proceso climático tan necesario en la Tierra no es muy seguro en Venus, pues su alto contenido en mercurio y otros componentes provoca una gran lluvia ácida muy corrosiva, tanto que se dice que es la mayor de todo el Sistema Solar.
Venus es, sin duda, el planeta que más brilla de todos los que conforman el Sistema Solar. Por la noche, después de la Luna la estrella que más luz desprende en la oscuridad es este planeta por algunas razones. La principal es su cercanía a la Tierra, mientras que su otra razón es que tiene una atmósfera rica en CO2, lo que hace que pueda reflejar con mayor facilidad la luz. Además, junto con Mercurio, es el único planeta que se ha podido ver en diversas ocasiones cruzar el Sol desde la Tierra.
Las temperaturas en Venus no son ninguna broma. En nuestro planeta cuando nos acercamos a los 40ºC ya estamos sudando la gota gorda. Pues ni te imagines lo que te podría ocurrir en Venus, el planeta más caliente de todo el Sistema Solar, incluso por encima de Mercurio. Su temperatura puede alcanzar los 480ºC, ¿de verdad puede haber vida ahí?
Desde luego que Venus es de los planetas más hostiles de todo nuestro entorno, más aún tras conocer que en su superficie hay miles de volcanes. Se estima que la mayoría están inactivos, pero se desconoce cuántos podrían mantener actualmente actividad, así como el número total de cráteres que existen.
Venus, junto a Mercurio, es el único planeta que no tiene ningún satélite natural que orbite sobre él, como si pasa en la Tierra con la Luna, o en el resto de planetas, como Júpiter, que cuenta con decenas de ellos orbitando en el espacio sobre él.
¿Cómo es posible que tras pasar 243 días en nuestro planeta solo haya pasado uno en Venus? Esto se debe a que Venus tarda todos ese tiempo en dar una sola vuelta en sí mismo, cosa que la Tierra hace en solo 24 horas. Pero la complejidad va más allá, porque un año en Venus equivale a 224 días en la Tierra, ¿cómo puede ser posible? Simplemente porque un año se completa al dar una vuelta alrededor del Sol y nuestro vecino tarda más en orbitar sobre sí mismo que sobre nuestra estrella.