Seguramente en más de una ocasión después de trabajo has tenido que ir al cine, a una cena o a al gimnasio con la mochila en la que llevas el portátil. En vez de cargar con ella te has decantado por dejarla debajo del asiento del coche o en el maletero, bien cubierta por una manta para mayor seguridad. Pues bien, esa práctica tan habitual puede salirte cara porque los ladrones ya no necesitan echar un vistazo al interior de nuestro vehículo para saber si guardamos algo de valor. La tecnología lo hace por ellos.
Uno de los sistemas que suelen utilizarse son los escáneres de bluetooth, una herramienta perfectamente legal, asequible y útil para encontrar rápidamente un dispositivo en casa. Pero a los cacos les basta con un teléfono móvil y descargar una de estas aplicaciones de las tienda digitales para darles la vuelta con fines delictivos. Esas apps, habitualmente gratuitas, permiten detectar cualquier aparato que emita una señal Bluetooth a nuestro alrededor y determinar su ubicación en función de la intensidad de la señal. Incluso nos dicen modelo y marca.
Así, según el medio especializado en ciencia y tecnología Wired, los ladrones utilizan los propios sensores bluetooth internos de sus teléfonos inteligentes para encontrar señales cercanas. Muchos portátiles y móviles emiten un tipo de baliza electrónica, de forma predeterminada cuando su bluetooth esté activado que los hace detectables por esta tecnología. Otros dispositivos pueden encontrarlos y potencialmente emparejarse, incluso cuando estén cerrados o inactivos. Los ladrones también recurren a las señales de wifi y a los escáneres que localizan las baterías de litio para verificar si hay o no presencia de algún aparato tecnológico en un vehículo.
Sabiendo esto, lo mejor es seguir ciertas recomendaciones para evitar el robo de móviles, ordenadores y otros elementos.