El deterioro cognitivo es una afección que cada vez cobra más peso en las consultas de atención primaria. Actualmente, se estima que en nuestro país el 18,5% de las personas mayores de 65 años sufren este problema, siendo las mujeres las que presentan una tasa de prevalencia significativamente más alta. En el caso de las personas mayores de 85 años, esta cifra aumenta incluso más, alcanzando una escalofriante cuota del 45,3% que pone de manifiesto el grave problema de salud pública en el que nos encontramos.
A pesar de que el deterioro cognitivo puede darse en diferentes grados, pasando de un deterioro leve a una demencia grave, actualmente se encuentran diagnosticados unos 800.000 casos de Alzhéimer solo en España, y se estima que cada año se detectan unos 40.000 casos nuevos, según los datos de la Sociedad Española de Neurología. Además, a nivel global la cifra total de afectados se sitúa en torno a los 40 millones, y de cara a 2050 se prevé que este número supere los 150 millones en todo el mundo, dado el incremento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población, tal y como alertan desde la Organización Mundial de la Salud.
Hoy en día, el Alzhéimer es la principal causa de discapacidad entre las personas de la tercera edad de nuestro país. Además del deterioro cognitivo, que afecta a la pérdida del lenguaje, la memoria o el aprendizaje, entre otros, esta enfermedad también puede llevar asociados otros problemas de salud importantes, como alteraciones del estado de ánimo o depresión, cambios metabólicos, cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer.
Pero ¿cuál es su origen? En los últimos años, se han realizado muchos estudios que han tratado de esclarecer las causas detrás del Alzhéimer para intentar frenar su aparición. Ahora, un nuevo proyecto desarrollado por el Instituto de Alimentación de la Comunidad de Madrid (Instituto IMDEA Alimentación), en colaboración con las empresas Precision ForHealth y Natac Biotech, ha puesto el foco en la alimentación para tratar de dar una respuesta a este problema y mejorar la calidad de vida de nuestros mayores.
En concreto, este proyecto se centrará en el desarrollo de un chip genético, un test que permitirá ofrecer recomendaciones de nutrición en función del perfil genético de cada individuo. Bautizado con el nombre de Health4Brain, esta iniciativa se desarrollará a lo largo de tres años y tiene el objetivo de contribuir a personalizar la dieta para mejorar la salud y calidad de vida de la población y ayudar, así, a mantener la función cognitiva, tal y como señalan desde el propio IMDEA.
Estas recomendaciones serán validadas a través de un estudio de intervención nutricional que desarrollará la organización, e incluirán productos específicos para cada persona en lo que respecta a la interacción nutrición-patrón cognitivo. Gracias a esto, los pacientes podrán disfrutar de alimentos funcionales personalizados que ayudarán a prevenir su deterioro cognitivo y se podrá mejorar la efectividad de las estrategias nutricionales relacionadas con la capacidad cognitiva.
Health4Brain durará hasta marzo de 2023, y se enmarca dentro del programa “Retos de Colaboración” del Ministerio de Ciencia e Innovación. A nivel económico, cuenta con un presupuesto de más de 500.000 euros, de los que 194.419 pertenecen a una subvención y 286.365 corresponden a ayudas en forma de préstamos para empresas, según señalan desde Natac.