El futuro financiero está aquí: ¿cómo son las tarjetas de crédito con sensor de huellas?
Tras la pandemia nos hemos acostumbrado a establecer los contactos estrictamente necesarios
Ni siquiera queremos teclear el pin en una terminal en el pago con una tarjeta de crédito
En breve llegará la solución con tarjetas que incorporan un sensor de tu huella dactilar como garantía de total seguridad
Poneos las pilas los que tengáis las huellas borradas tras vuestro pasado como espías porque estamos a dos días de pagar con la yema del dedo. Los sistemas de pago sin establecer ningún contacto no han dejado de crecer y más aún con la pandemia del Covid-19. Primero se permitió pagar pequeñas cantidades con tan solo acercar la tarjeta bancaria a una terminal para ni siquiera introducir un código numérico. Ahora ya se ha demostrado la viabilidad de las tarjetas de crédito que incorporan un sensor de huellas y evitan cualquier contacto. En Uppers hemos investigado cómo son las tarjetas de pago con lector de huellas.
Estas tarjetas utilizan la tecnología biométrica, que consiste en identificar inequívocamente a una persona a través de sus medidas biológicas o características físicas. Las huellas dactilares, el reconocimiento facial o los exámenes de retina son las más desarrolladas hasta el momento.
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Una de las compañías que ha implementado un sensor biométrico de huella dactilar en las tarjetas de pago contactless es el Grupo Thales. Se trata de una empresa francesa de electrónica volcada en los sistemas de información y servicios para el sector aeroespacial, de defensa y seguridad.
A su vez, estas nuevas tarjetas usan la tecnología NFC (Near Field Communications en inglés) que posibilita que “dos dispositivos próximos físicamente compartan pequeñas porciones de información”. Igualmente disponen de un chip con todos los estándares de seguridad y un procesador capaz de gestionarlo todo. Según adelantaron portavoces de Grupo Thales en una entrevista, uno de los problemas era obtener energía para su funcionamiento porque en las tarjetas no se puede integrar una batería.
Bajo esta premisa, los desarrolladores hicieron posible que se aprovechara la energía que se transmite inalámbricamente a través del NFC para alimentar a todos los sistemas integrados, incluido el lector de huellas. Otro de los retos era la miniaturización para “integrar la mayor parte de los elementos dentro del chip propio del banco”. De esta forma las tarjetas no incorporan “componentes extras innecesarios que consuman recursos”.
El resultado es Biometric Sensor Payment Card Biometric Sensor Payment Card(Tarjeta de Pago con Sensor Biométrico, en español), una tarjeta que permite autorizar compras superiores a 50 euros sin el pin gracias al reconocimiento de la huella del usuario como garantía extra de seguridad.
Además, a pesar de la tecnología de última generación que incorpora, su vida útil, tal como aseguran desde Thales, es la misma que la del resto de las tarjetas; actualmente tienen un periodo de validez de cinco años.
Cómo funciona la tarjeta con lector de huella
A simple vista, esta tarjeta es prácticamente igual que el resto de las que hemos utilizado hasta ahora. El sensor biométrico se activa cuando el TPV o terminal admite la operación sin contacto, de forma que se mantiene su función de pago a través del chip. Por tanto, en las operaciones mayores de 50 euros es posible usarla de la forma tradicional introduciendo la tarjeta en el terminal y tecleando el pin, o autorizar el cargo colocando la huella del dedo sobre el lector.
Desde Grupo Thales destacan que los sensores biométricos suponen un escudo de protección superior a las medidas de seguridad actuales, basadas en códigos numéricos, y ya se aplican en millones de smartphones que circulan por todo el mundo. Muchos usuarios también emplean su huella digital para acceder a su portátil o a su Tablet. Incluso, ante un robo o su pérdida se convierte en prácticamente imposible su utilización por alguien que no sea su dueño.
Por otra parte, además de la seguridad, es un método de pago ágil; la tarjeta cuenta con su propio algoritmo que con el uso diario es capaz de ir “realizando optimizaciones de la lectura de la huella para que el proceso sea más rápido y menos sensible” en cuanto a cómo se debe posicionar correctamente el dedo.
Cómo se activa la tarjeta con huella dactilar
A la hora de usar por primera vez una de estas tarjetas, es necesario que el usuario se registre y lleve a cabo una serie de posicionamientos de su huella dactilar sobre el sensor en diversos ángulos y formas. También es necesario activar el chip a través de un datáfono en el que se solicita un código pin. A partir de aquí ya será posible pagar mediante la huella y sin el código numérico.
Desde 2018, en Reino Unido, en Chipre o en Francia se han llevado a cabo proyectos piloto antes de su puesta en marcha definitiva. Gracias a la participación de unos mil usuarios y de su experiencia ha sido posible estudiar el sistema y simplificar el proceso de aceptación por cualquier persona. A España, lo más probable es que llegue a finales de 2021.