Cada día pasamos horas sumergidos en Internet. Ya sea por trabajo, para consultar nuestras redes sociales, leer las noticias que nos interesan, hacer compras online o lo que sea. Cada vez que nos paseamos por la red dejamos un rastro y, en ocasiones, ofrecemos o compartimos información sobre nosotros. Parte de esa información cada persona decide si quiere compartirla o no al resto de internautas, pero hay otros datos que es mejor no exponer nunca en la red, según indica la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) para evitar riesgos y navegar de forma segura.
Pese a que un tercero puede tener mucho que ver en nuestra ciberseguridad, lo cierto es que la OSI recuerda que "cada persona individual es responsable de su propia privacidad, tanto en la vida offline como en la online", por ello apuntan que también hay que echar al vista atrás, ya que en algún momento podríamos haber compartido algún tipo de información que nos comprometa a nosotros o a otra persona y que puede tener repercusiones negativas.
Por eso mismo hacen una primera recomendación: antes de compartir algo en Internet, piensa si realmente te importa o no que otras personas tengan acceso a ello pues, aunque se borre, esa información puede estar en manos de otras personas. No obstante, y con la libertad de cada individuo, la OSI establece siete aspectos que en principio no habría que publicar en Internet para no ver comprometida tu privacidad virtual.
Es normal que, especialmente el correo electrónico, se utilice frecuentemente para acceder a sitios de Internet en los que es necesario registrarnos. Por ello el principal consejo es hacerlo en páginas seguras y no exponer públicamente estos datos en redes sociales para no ser víctimas de spam, phishing o estafas, muy frecuentes tanto por vía telefónica como por mail.
Sin querer y con las prisas muchas veces aceptamos que algunas páginas o aplicaciones accedan a nuestra ubicación en tiempo real, un permiso muy peligroso porque realmente no sabemos qué intenciones existen detrás de ese permiso. No obstante, también hacen hincapié en mantener la ubicación del lugar de residencia oculta o en secreto en redes sociales con las imágenes que se suben o datos que puedan dar la dirección exacta, como los permisos de rastreo de ubicación.
Como la misma OSI comenta, es habitual que padres, tíos o abuelos compartan fotos de los más pequeños en redes sociales para mostrar a sus contactos los niños. Sin embargo también apuntan que hay que tener cuidado porque no se sabe en manos de quién pueden acabar esas imágenes. Por una parte, aconsejan que si se suben las fotos a las redes sociales sea a cuentas privadas o tapándoles la cara a los más pequeños.
Al hilo de lo anterior, también hablan de otro tipo de fotos más comprometidas de carácter íntimo que, por una parte, señalan que pueden tener un impacto negativo sobre la identidad digital de la persona, pero también consecuencias graves que impliquen a terceros, como el ciberacoso o la sextorsión. Por ello su principal consejo es nunca compartirlas con nadie.
Hablamos del DNI, el carnet de conducir o datos de la cuenta bancaria. En ocasiones es necesario compartirlos, pero hay que estar al loro con las estafas por ejemplo, por mail, donde nuestra 'compañía telefónica' nos pide unos datos y terminamos siendo suplantados.
Es común que en plena era de las redes sociales comentemos o lanzamos mensajes a través ellas, pero hay que tener especial cuidado con lo que decimos. La OSI no solo anima a cuidar nuestro lenguaje, también a prestar especial atención a las quejas o las críticas que emitimos y que pueden ser ofensivas, dañando nuestra reputación digital.
Ni debemos publicar fotos de terceros sin su consentimiento ni tampoco conversaciones privadas, menos aún si en ellas el contenido es comprometedor, íntimo o hay datos personales que ponen en peligro tu privacidad o la de otro. Difundir este tipo de información, alerta la OSI, "podría considerarse como revelación de secretos".