No podemos vivir sin Whatsapp. Nadie duda de la utilidad de este servicio de mensajería instantánea, pero a veces también puede ser la puerta de entrada de algunas estafas con las que los ciberdelincuentes aprovechan para hacerse con nuestros datos, incluidas las credenciales bancarias.
Algunos de estos engaños son crónicos. Surgen, se mantienen un tiempo, son descubiertos por la policía y desaparecen momentáneamente. Otros son nuevos y se aprovechan, precisamente de la novedad para llegar al mayor número posible de víctimas. Entre estas estafas de nueva hornada, destaca la del familiar lejano, nuevamente con WhatsApp de caballo de Troya. ¿Por qué a través de Whatsapp? Seguramente porque los 2.000 millones de usuarios de esta aplicación de mensajería instantánea propiedad de Meta son un target más que atractivo para los delincuentes.
Nos llega un mensaje a través de WhatsApp enviado por un familiar lejano o alguien que dice estar en contacto con él, alguien que no conocemos y cuyo número tampoco nos suena. Ya solo por eso, habría que desconfiar porque probablemente se trata de una persona que quiere hacerse pasar por un pariente para obtener cierta información.
Por si no hubiéramos sospechado ya, después del mensaje de saludo nos preguntarán dónde vivimos ahora y cualquier otra pregunta cuyo objetivo es recabar toda la información posible sobre el usuario al que se quiere estafar. Si la conversación avanza, pueden llegar a preguntarnos el número de cuenta bancaria o de tarjeta de crédito.
La excusa más utilizada es que un pariente lejano que acaba de llegar a España vive una situación delicada: por ejemplo, le han robado en el aeropuerto, ha perdido todo su dinero y necesita que el familiar le preste la cantidad robada, normalmente cifras altas. La estafa es tan común que distintas policías, como la de Granada, ya ha alertado a todos los ciudadanos.
Respecto a los propios ciudadanos, algunos de ellos han logrado pillar a los estafadores, mostrando el resultado en sus redes, dando lugar a situaciones tan hilarantes como la de Nagore.
Si recibimos algunos de estos mensajes, basta con bloquear el emisor para quedarnos fuera de su radar. Y si te parece oportuno, también es aconsejable darle parte a la Policía Nacional.