Más allá del GPS: ¿qué sistemas de seguridad tienen los barcos para evitar tragedias en alta mar?
Todo buque pesquero debe estar equipado con GPS, radar, sistemas de información y teléfonos por satélite
En caso de siniestro estas embarcaciones cuentan con el sistema de llamada selectiva digital y las radiobalizas para dar aviso
El pesquero gallego Villa de Pitanxo, hundido en aguas de Terranova, es un barco de última generación construido en 2004
El hundimiento del barco gallego Villa de Pitanxo en Canadá, a 450 kilómetros de las costas de Terranova, es el peor naufragio sufrido por un pesquero español desde 1978. Solo tres personas han sobrevivido de las 24 que iban a bordo. No hay rastro de la embarcación y por ahora se desconocen las causas concretas del suceso, pero se cree que todo debió de suceder muy rápido y apenas hubo tiempo para reaccionar. Según el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo, el barco emitió dos alertas con radiobalizas a las 5.24 horas del martes, pero aunque las autoridades intentaron contactar en varias ocasiones ya nadie respondió.
Conviene señalar que, pese a todas las medidas de seguridad que se pueden implementar en las operaciones pesqueras, este tipo de accidentes son riesgos inevitables en el mar. La profesión arroja la mayor tasa de siniestralidad entre los distintos sectores del mundo laboral, y es que, por mucha tecnología que haya, el barco pesquero no deja de ser un artefacto flotante a merced de un medio inestable y frecuentemente hostil. En el entorno de los países de la Unión Europea, la tasa de mortalidad es e aproximadamente un 3 por mil, mientras que en actividades de alta peligrosidad como la minería y la construcción es de un 0,4 por mil, según Estudios Marítimos Naucher.
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Tecnología electrónica para la seguridad
En todo buque pesquero existen una serie de sistemas y protocolos de seguridad apoyados por tecnologías de comunicación y navegación. Cualquier embarcación debería estar equipada como mínimo con un compás, ordinario fijo o manual, o un sistema de navegación por satélite, tal como el sistema de posicionamiento global (GPS). A los buques más grandes, como el Villa de Pitanxo, se les exige que dispongan de radar, reflectores de radar, sistemas de información y visualización de cartas electrónicas (SIVCE) o trazadores de cartas electrónicas.
Las radios de ondas métricas (VHF) son generalmente el medio principal de comunicación entre pescadores y con el servicio de guardacostas. Los grandes buques industriales normalmente también cuentan a bordo con teléfonos por satélite para las comunicaciones a más largas distancias, según detalla la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La llamada selectiva digital
En casos de siniestro los barcos tienen un sistema de llamada selectiva digital (LSD) que emite en todas las frecuencias y que está conectada con la red satelital mundial. Al pulsar este botón rojo durante 30 segundos se retransmite la posición del barco y da el aviso de que algo grave está pasando. Es una operación que dura menos de un minuto y que se hizo en el caso del Villa de Pitanxo. Este sistema se complementa con las radiobalizas de localización de siniestros por satélite autozafables (EPIRB).
Con los años, estas tecnologías se han ido abaratando y hoy se utilizan más ampliamente, contribuyendo a la seguridad de las operaciones pesqueras. Además, es necesario asegurar que los buques tengan la potencia adecuada para que el equipo de navegación y comunicación puedan funcionar varias horas de manera continua cuando el motor no esté en funcionamiento.
Todas las personas que trabajan a bordo de un pesquero deberían tener formación en técnicas de supervivencia personal, incluido el uso de chalecos salvavidas, prevención y lucha contra incendios y procedimientos de emergencia. Cuando sucede un siniestro de esta envergadura, la seguridad de la tripulación depende de ponerse el traje de supervivencia a tiempo. Este traje permite a una persona permanecer hasta una hora en aguas a temperaturas extremas de menos cero grados. Por ello, hay que estar entrenado para colocarse bien el traje, que debe ser de la talla adecuada y adaptarse perfectamente.
De no tener ese traje o no funcionar, hay que recurrir a las balsas salvavidas. Estas se pueden soltar al agua manualmente pero también pueden abrirse y soltarse de forma automática cuando el barco se hunde a través de un sistema hidrostático. En el caso de Terranova, se han encontrado tres balsas vacías, y los tres supervivientes aparecieron en una de ellas.
La causa del naufragio del Villa de Pitanxo
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, hay que volver a preguntarse qué hizo que el Villa de Pitanxo naufragase tan rápidamente y no tuviera tiempo para que la tripulación pudiera subir a las balsas. Se descarta que la antigüedad del buque pudiera ser la causa del naufragio, pues se trataba un barco de última generación construido en 2004. Contaba con 50 metros de eslora (largo), 10 metros de manga (ancho) y 825 de arqueo, y tenía una capacidad de carga de 1120 toneladas.
Además, la empresa armadora cuenta con más de seis décadas de experiencia y el barco llevaba años faenando en aguas de Terranova, por lo que las conocía a la perfección. Los expertos apuntan que el naufragio pudo ser provocado por un golpe de mar, una ola inusitadamente grande y fuerte que provocó una entrada masiva de agua en la embarcación y su inmediato hundimiento.
También se especula con la posibilidad de que se haya producido un vuelco del barco, bien porque la proa impactara con las olas y el buque no pudiera salir o bien porque hubiera un corrimiento de carga. Otra opción es que la inundación se hubiera producido por la rotura de un casco o de una tubería, e incluso es posible que todo se debiera a una pérdida de control, que es algo que ocurre cuando se estropean las máquinas y la embarcación queda a merced del mar.
Se espera que el testimonio de los tres supervivientes pueda arrojar más luz sobre lo sucedido, porque otra alternativa para extraer conclusiones, más complicada cuando estamos en profundidades cercanas a los 900 metros, sería tratar de rescatar el barco. Las autoridades marítimas abrirán expediente para investigar el siniestro y aprender lo posible para adoptar nuevas medidas que sirvan par evitar este tipo de desastres en alta mar el futuro.