Que el consumo audiovisual ha cambiado en los últimos años es una evidencia. Sobre todo, en las generaciones anteriores. La televisión no ha logrado seguir la estela de las plataformas de ocio en internet, donde el consumo personalizado que ofrece la red ha provocado una migración de los más jóvenes hacia esas plataformas. Se trata, además, de un fenómeno cambiante. Primero fue Youtube y sus máximos exponentes (seguramente hayas oído a tus hijos hablar de gente como Auronplay o Wismichu, los que fueron reyes de esta plataforma en España). Sin embargo, en los últimos años, una nueva tendencia de consumo viene superando lo que un día hizo Youtube.
Porque los ídolos de tus hijos ya no son 'youtubers', sino 'streamers'. Twitch, la plataforma de retransmisión de videojuegos más importante del panorama, viene pisando fuerte y ya supera en cifras de reproducción al resto: en 2019 consiguió 9.340.229.175 horas reproducidas convirtiéndose en el líder indiscutible del 'streaming' (retransmisión en línea) de videojuegos, según el informe 'State of Stream'. Pero ¿qué es exactamente Twitch? ¿Es un espacio seguro para tus hijos? ¿Qué medidas de protección al usuario tiene? ¿De dónde viene esta nueva tendencia de ver jugar a videojuegos a otra gente, en lugar de jugar tú mismo?
Comencemos por el principio. Twitch es una plataforma de 'streaming' propiedad de Amazon. Esta forma de entretenimiento rompe con lo que habíamos visto anteriormente. Estábamos acostumbrados a que los creadores de contenido de Youtube grabaran vídeos, los montasen y después lo subieran a la red, siendo un contenido totalmente preparado. Aquí radica la diferencia principal entre ambos espacios en línea: en Twitch no se suben vídeos, si no que se transmite en directo. El 'streamer' (anglicismo coloquial que define a la persona que transmite en vivo) prepara su set de grabación, que consta de un ordenador, un micrófono y una cámara, y se dedica a retransmitirse su actividad en internet, bien sea jugando a videojuegos, cocinando o charlando, entre otras actividades.
El usuario ve una pantalla compartida: por un lado, sigue la partida en directo que está jugando el 'streamer' y por otro puede ver la cámara que le enfoca a él. El entretenimiento se basa en escuchar o ver jugar a la persona que transmite, cuya experiencia ofrece trucos y formas de jugar que el espectador no conoce, y en ver sus reacciones, principalmente. También existe la opción 'Charlando', en la que el 'streamer' se dedica a ver vídeos, conversar con otros compañeros de profesión, ofrecer debates en torno a los temas que le interesen, opinar sobre música… La interacción con los usuarios se realiza a través de un chat.
La otra diferencia es el concepto de suscriptor. Mientras que en Youtube es gratis, en Twitch es de pago. Existe la opción de ser seguidor, que es gratuita y ofrece la posibilidad de ver al creador de contenido de forma gratuita siempre y cuando se encuentre en directo. Sin embargo, el streamer puede restringir el acceso a su contenido cuando una vez terminado el vivo. El usuario se suscribe por meses, que cuestan dinero, y puede realizar donaciones puntuales. De esta forma, puede acceder a todo el contenido del canal al que se haya suscrito.
Al tratarse de una plataforma de naturaleza espontánea surgen preguntas evidentes. ¿Existe algún tipo de filtro de edad? ¿Cuáles son las medidas de seguridad? ¿Se puede emitir cualquier videojuego de cualquier contenido? Para saber un poco más acerca de las medidas de seguridad que tiene la plataforma, hablamos directamente con Twitch para que nos expliquen en profundidad algunas de las reglas de protección, tanto para usuarios como para 'streamers'.
Fuentes de Twitch aseguran que la edad mínima para registrarse en una cuenta es de 13 años. “Tenemos vías para que los padres se pongan en contacto si descubren que sus hijos han estado usando Twitch”, afirman, aunque reconocen: “es una parte mínima de los avisos que recibimos”. De esta forma, cuando la plataforma confirma que un menor de 13 años está registrado, automáticamente se le suspenderá la cuenta “de forma inmediata e indefinida y se le devolverá el dinero gastado”.
La plataforma impone una restricción a los juegos que contengan elementos “lo bastante extremos” para la comunidad. En las políticas y directrices explicadas en la web, la plataforma de streaming explica que realiza revisiones de videojuegos siguiendo informes que realiza la comunidad. De esta forma, el equipo de moderación determina si infringe las Directrices de la comunidad. Los criterios para restringir la transmisión de un videojuego son dos: la clasificación oficial que Entertainment Software Rating Board realiza sobre los videojuegos y si el juego “infringe las directrices de la comunidad en lo que respecta a discurso del odio, sexo, desnudez, mutilaciones gratuitas o violencia extrema”.
Existen una serie de motivos por los que los usuarios pueden ser baneados, es decir, bloqueados. "No somos un lugar para cualquier tipo de contenido", aclaran desde Twitch. Cuentan con una serie de términos de servicio entre los que destacan la "tolerancia cero para las conductas de odio", que la comunidad debe cumplir. "Cuando identificamos que se ha producido una violación de nuestras reglas, nuestros equipos internos toman las medidas pertinentes", explican. Unas medidas que pueden ir desde advertencias hasta la expulsión permanente del servicio, tanto para espectadores como para retransmisores.
Han querido destacar su herramienta 'AutoMod', un software de aprendizake automático que los canales utilizan para detectar y filtrar mensajes maliciosos. "Los canales pueden elegir el nivel de moderación que quieren con AutoMod, desde muy estricto hasta niveles más permisivos", apuntan desde la compañía. "Incluso pueden construir una lista personalizada de palabras prohibidas, hipervínculos y establecer reglas básicas para un canal", indican.
La plataforma tiene varias herramientas para moderar el contenido. Por un lado, el software de moderación de aprendizaje automático, que regula la actividad en base a algoritmos. Por otro, un equipo interno de personas que se encargan de revisar el contenido censurable e informa sobre los comportamientos no permitidos para que sean censurados.
Pero hay una figura innovadora que diferencia a Twitch de otras plataformas de contenido en línea. Son los Mods: miembros de la comunidad que se ofrecen como voluntarios para apoyar a sus streamers favoritos y asegurar que la función de chat sigue siendo positiva y crea el tipo de entorno que cada retransmisor quiere.