La IATA, patronal del mundo de la aviación, junto con los fabricantes Airbus, Boeing y Embraer acaban de publicar un estudio en el que afirman que los casos de contagio de covid-19 dentro de los aviones es prácticamente insignificante: dentro de la cabina de pasajeros de una aeronave solamente se infecta una persona por cada 27 millones. Así lo han determinado tras detectar únicamente 44 casos positivos por covid-19 entre los 1.200 millones de pasajeros que se han movido en avión desde principios de 2020.
Desde el comienzo de la pandemia por coronavirus, el sector aeronáutico ha sido uno de los más afectados. Aviones aparcados sine die, modelos que se retiran del mercado por el cambio de paradigma, caída brutal de pasajeros y multitud de rutas que son canceladas o pospuestas sin fecha de vuelta. Sin embargo, también ha sido el sector que, desde el principio, tomó serias medidas para garantizar la seguridad en el interior de las aeronaves.
Una de las principales claves para que haya habido tan pocos casos de covid-19 dentro de los aviones, según el informe de la IATA, es la utilización de los filtros HEPA. Este tipo de filtros renuevan el 99,9% del aire interior de la cabina del avión cada pocos minutos, eliminando virus y bacterias que pudieran encontrarse en el ambiente.
Además, también influyen en gran medida la circulación interna de aire en los aviones, que va de arriba hacia abajo, de tal manera que el aire no viaja de manera horizontal. Según la IATA, la propia barrera física que proporcionan los asientos entre unos pasajeros y otros también pueden ayudar a evitar la propagación de gotículas.
Por último, desde un primer momento se estableció la obligatoriedad de la mascarilla dentro de los aviones y todo ello hace que, según la patronal, "estar sentado con proximidad dentro de una cabina de avión lo hace más seguro que en cualquier otro espacio interior".
Según otro análisis en paralelo realizado por Airbus demostraron que las medidas de seguridad que se llevan a cabo en los aviones ayudan a reducir las gotículas desde que salen de un pasajero después de estornudar hasta que llegan a otro pasajero. En concreto, el número se reduce desde las 10.000 gotículas emitidas hasta las 5 que recibe la otra persona.
Esto se debe a varios filtros por los que debe ir pasando el virus desde que sale de una persona hasta que llega a la otra. Por ejemplo la mascarilla del emisor, el funcionamiento de la propia gravedad terrestre, los sistemas de filtrado y circulación de aire en el interior de la cabina y, por último, las mascarilla que lleva el viajero que recibe las cinco gotículas.
"Después de múltiples simulaciones muy detalladas utilizando los métodos científicos más precisos disponibles, tenemos datos concretos que revelan que la cabina del avión ofrece un entorno mucho más seguro que los espacios públicos interiores", han explicado desde Airbus. "La forma en que el aire circula, se filtra y se reemplaza en los aviones crea un entorno absolutamente único en el que tienes tanta protección al estar sentado uno al lado del otro como si estuvieras parado a dos metros de distancia en el suelo".