Uno de los grandes sueños del ser humano es poder viajar en el tiempo. Ya sea por falsos sentimientos de nostalgia o por la curiosidad que nos despiertan las antiguas civilizaciones, con frecuencia nos encontramos investigando sobre los períodos, momentos y movimientos que han definido nuestro presente o, en sentido inverso, fantaseando con el que vendrá cuando nosotros ya no estemos aquí.
Viajar en el tiempo es, por supuesto, imposible. A pesar del interés que el espacio tiempo despierta en lo físicos, no se ha encontrado ningún método que nos permita cumplir este sueño. Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos que se han ido desarrollando en los últimos años, podemos traer el pasado a nuestro presente.
¿Te imaginas ver vídeos de hace cien años en color y buena calidad? Eso es exactamente lo que Denis Shiryaev nos ofrece en su canal de youtube. Gracias a la Inteligencia Artificial, este youtuber y programador ruso ha podido colorear y reescalar los vídeos del siglo XIX y principios del siglo XX para que podamos ver cómo se vivía en aquel entonces en perfectas condiciones.
San Francisco, Tokio o París: estas son algunas de las ciudades que podemos encontrar en el canal de Denis Shiryaev, que a día de hoy ya tiene un total de 553.000 seguidores y recibe más de un millón de visitas por video, unas cifras bastante sorprendentes si tenemos en cuenta que empezó a publicar de manera asidua el año pasado.
Para crear estos vídeos, el youtuber utiliza diversas herramientas de Inteligencia Artificial, como DAIN, que permite la interpolación de frames, ESRGAN, que sirve para reescalar los frames por segundo, o DeOldify, que permite darle color a estos antiguos fotogramas. Además, para completar la experiencia, el sonido se remasteriza.
El resultado final son vídeos fluidos, en 4k y a 60 fps, que presentan una nueva estabilización y un color realista. De este modo, los usuarios podemos sumergirnos por completo en estas escenas del siglo XIX y principios del XX.
Las IAs que Shiryaev utiliza para sus creaciones son libres y gratuitas, lo que significa que cualquier persona puede, técnicamente, utilizarlas. Sin embargo, el youtuber advierte que estos algoritmos son muy complejos y lentos, por lo que necesitan un hardware potente y muchas horas de renderizado para ver los resultados. En el caso de Shiryaev, el tiempo que tarda en renderizar cada uno de estos vídeos es de medio mes. Casi nada.
En el canal de youtube de Shiryaev podemos encontrar una considerable cantidad de vídeos renderizados. Algunos reflejan sucesos tan importantes para el ser humano como el paseo en el rover lunar del Apollo 16, mientras que otros nos muestran cómo era la vida cotidiana en los siglos pasados.
Todos estos vídeos sirven para acercarnos a la historia y demostrarnos cómo ha evolucionado la vida y la tecnología en las últimas décadas. No obstante, si hay uno que destaque sobre el resto por su historia, es la restauración de “La escena del jardín de Roundhay”, un cortometraje de menos de dos segundos que está considerado como la primera película de la historia del cine.
Grabado por el inventor Louis Le Prince en 1888, tres años antes de que Thomas Edison presentara su kinetoscopio y siete antes de que los hermanos Lumiére mostrasen su cinematógrafo, este pequeño corto nos muestra una escena cotidiana de la familia Le Prince en el jardín de sus suegros en Leeds, Inglaterra.
La escena consta de tan solo 20 fotogramas y fue grabada con una lente única una película de papel a 12 cuadros por segundo. En 1930, sin embargo, fue restaurada por el Museo de Ciencias Británico, por lo que hoy día podemos disfrutarla a una velocidad de 24,64 cuadros por segundo y con una duración que si llega a los dos segundos.
Precisamente, para remasterizar la película Shiryaev recurrió a los fotogramas que se encuentran en la web del museo, que pueden descargarse gratuitamente. Además de aplicar las distintas IAs de interpolación, color y reescala de frames, el youtuber también mejoró la imagen para eliminar los daños producidos por la exposición solar y agregó sonido ambiente para sumergirnos en la escena.