Han pasado nada menos que siete años desde que Microsoft y Sony presentaron sus respectivas Xbox One y PlayStation 4. En este periodo, han ido lanzando versiones con distintas mejoras, acabados y colores. Las nuevas Xbox Series X y PlayStation 5, sus sucesoras, suponen un hito en la historia del gaming y de la tecnología por dos razones. Primera, porque son dos 'bestias' de la innovación, con un potencial desconocido, casi infinito, desde que se videojuega. Segunda, porque, seguramente, esta sea la última vez que asistamos a una presentación de este tipo: la siguiente generación de "videoconsolas" únicamente contendrá un mando, ya que todo será por streaming.
Para empezar, estéticamente son totalmente antitéticas: mientras que Microsoft ha diseñado su Series X con forma cúbica minimalista (tipo PC de sobremesa) y, de momento, solo en color negro, Sony ha optado por unas sinuosas curvas blancas y un aspecto que recuerda a Star Wars. Sus tamaños son también más grandes respecto a los modelos a los que suceden, ¿por qué? Una de las quejas mayoritarias de los jugones es que los ventiladores internos tanto de Xbox One como de PS4 hacen demasiado ruido. Los nuevos modelos incluyen sistemas extra de refrigeración para paliar dicho inconveniente.
Por dentro, su apartado técnico es absolutamente espectacular, con procesadores, memorias y componentes gráficos bien de ultimísima generación o exclusivamente diseñados para ellas. Te podemos hablar de teraflops, fps, herzios, arquitecturas Zen 2, ray-tracing y un montón de 'palabros' más. Quédate con que cuentan con lo mejor y más potente para que los desarrolladores puedan crear videojuegos capaces de transmitir unas sensaciones absolutamente extraordinarias. Y no exageramos.
Sobre el papel, de acuerdo con los datos revelados y a falta de comprobarlo en la realidad a medio plazo (cuando haya suficientes juegos para ello), el rendimiento global no es el mismo. Todo apunta a que Series X adelanta a PS5 en el plano gráfico y de velocidad. Por el contrario, PS5 ganaría en velocidad de carga de los videojuegos y en dinamismo dentro de los mismos ("resucitar" si el malo te mata). Ahora bien, de ser así, las diferencias serán prácticamente insignificantes.
El intermediario físico entre tú y la realidad virtual que te proponen las consolas es un factor esencial, decisivo. Como el de Xbox One siempre ha recibido halagos por su ergonomía y tamaño acertados, el de Xbox Series X apenas cambia la forma y sí incluye nuevos botones y funciones.
Todo lo contrario al de PS5, que se llama DualSense y que sustituye a un muy criticado DualShock 4 precisamente por su diseño físico global. DualSense se parece mucho al de Xbox (ejem…) e introduce tres novedades muy interesantes: el sistema de vibración, las capacidades hápticas y que él mismo emite sonido complementario al que genera la consola.
No lo dudes: aunque por motivos de moderación económica tu hijo te pedirá "solo" una Series X o una PS5, su sueño es tener las dos. ¿Cómo que las dos? Por si no lo sabes, si tienes Xbox y te regalan un juego para PlayStation… siempre lo podrás utilizar como posavasos; y viceversa. Por otra parte, la gran mayoría de los videojuegos tienen sendas versiones para cada una, pero cada consola por su lado tiene los llamados "exclusivos": juegos específicamente para ella y sin versión para la contraria.
El mundo del gaming en general siempre ha conocido dos bandos, pro Xbox y pro Play, con curiosos argumentos defendiendo cada uno su "religión". Teniendo en cuenta el salto cualitativo global que ambas consolas presuponen, es de esperar que suceda cierto fenómeno de transfuguismo atendiendo a las prestaciones y detalles propios más, precisamente, los videojuegos exclusivos que se esperan para cada una. Porque está en el horno una avalancha abrumadora de títulos y, justamente, con extrema competencia entre ambas plataformas. Microsoft y Sony se encuentran en plena campaña de seducción a los jugones del bando contrario.
El número de reservas para comprarlas ha reventado todas las expectativas, a lo que añadir los problemas de producción por culpa de la pandemia. No pierdas el tiempo yendo en persona a una tienda o centro comercial porque, a día de hoy, el amable dependiente no podrá aguantarse la carcajada ante tu solicitud. Siempre puedes, una vez allí, pedir que te apunten en la lista de espera o directamente hacerlo cómodamente desde tu casa de forma online. Y ojalá que los miles de personas que hay antes que tú se echen atrás.
Por cierto, sus precios: Xbox Series X, 499,99 euros. PlayStation 5 propone dos versiones, una con lector de discos (499,99 euros) y otra sin él, que solo carga los videojuegos mediante código digital (399,99 euros). Por su parte, Microsoft lanza en paralelo a la Series X otro modelo llamado Series S (299 euros), pero está por debajo de la X en cuanto a rendimiento; es una especie de Series X light.
Existe la equivocada creencia de que las consolas de videojuegos están destinadas solo a los jóvenes y solo sirven para jugar. Ni una cosa ni la otra. Según detalla el último informe de la Interactive Software Federation of Europe (ISFE), los europeos entre 35 y 64 años suponen el 38% del total de videojugadores y con escasa distinción entre sexos. Y es que hay títulos no solo para todos los rangos de edad, sino que muchos están desarrollados para que precisamente jueguen a la vez personas de generaciones distintas.
Por otra parte, sí, las videoconsolas están diseñadas en un 80% para jugar, sin embargo, suponen un excelente medio para disfrutar de otro tipo de servicios. Por ejemplo, puedes acceder a plataformas de vídeo online, emitir audio por streaming, navegar por Internet, reproducir imágenes y vídeos desde unidades de memoria, etc. En suma, que son centros multimedia globales.
Sony PlayStation 5:
Xbox Series X:
Sony PlayStation 5:
Xbox Series X: