Si pudieras elegir el sexo de tu futuro hijo, ¿lo harías? Los enormes avances científicos que se han conseguido en el ámbito de la reproducción asistida en las últimas décadas han permitido que actualmente sea posible elegir el sexo de un futuro bebé.
Esta selección se realiza, principalmente, a través de la técnica de diagnóstico genético implantacional (DGP), un procedimiento que se realiza en el marco de la reproducción in vitro y que permite detectar el sexo y las anomalías genéticas en un embrión a través del estudio de su ADN.
La legislación alrededor de la libre selección de sexo, sin embargo, varía enormemente dependiendo del país en el que nos encontremos. Así, mientras que en lugares como Estados Unidos, Bélgica, México o Tailandia los padres pueden elegir el sexo de su futuro hijo con total libertad, justificados tan solo por su deseo personal de tener un niño o una niña, en España esta práctica solo puede realizarse si se corre el riesgo de que el bebé sufra una enfermedad ligada a los cromosomas sexuales.
Así lo recoge la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida, una normativa salvaguardada por la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida que marca las pautas a seguir dentro de este sector. Según señala su artículo 12.1, los centros autorizados para llevar a cabo técnicas de diagnóstico preimplantacional solo podrán practicarlas en dos supuestos:
Dicho de otro modo, en nuestro país solo puede llevarse a cabo la libre selección de sexo cuando exista un motivo médico que la justifique.
Actualmente, se calcula que existen alrededor de unas 300 enfermedades genéticas ligadas al sexo. Algunas de las más conocidas son la hemofilia, el daltonismo, las distrofias musculares de Duchenne y Becker o el síndrome de X-Frágil.
En caso de que en una familia haya antecedentes de alguna patología grave ligada al sexto, los padres podrán, con una autorización previa, llevar a cabo un tratamiento para elegir el sexo de su futuro retoño para evitar el riesgo de que nazca
La libre selección de sexo del bebé es un tema que ha generado importantes debates éticos y legales entre sus defensores, que anhelan cumplir sus deseos familiares, y detractores, que alertan sobre los peligros que estas prácticas podrían tener en los países en los que, por motivos culturales, exista una clara preferencia hacia los hombres.
En nuestro país, a pesar de las múltiples iniciativas que se han llevado a cabo en los últimos años con el objetivo de cambiar la legislación para permitir estas prácticas, la ley se ha mantenido inflexible. Lo mismo ha ocurrido en otros lugares con una legislatura similar, como Reino Unido, Nueva Zelanda, Rusia, Canadá o Australia, donde, pese a los debates, la ley tan solo permite que se realicen estas prácticas con fines terapéuticos.
Por el contrario, en países como Estados Unidos, México, Chipre, República Checa o Nigeria, esta libre elección sí está permitida.