Militar y apasionado del fútbol e Ibiza: el padre Guilherme, el cura DJ que se ha hecho viral pinchando en la JMJ
La última reunión de las juventudes católicas ha dejado para el recuerdo la imagen de un sacerdote DJ pinchando música electrónica ante el clero y los asistentes
Así es el padre Guilherme, el párroco responsable de la viral sesión: toda una celebrity en Portugal, con pasión por Ibiza y pasado en el ejército
Lisboa ha acogido en los últimos días una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud 2023. El acontecimiento, que reúne cada ciertos años a jóvenes católicos de todo el mundo, ha tenido lugar por primera vez en Portugal, del 1 al 6 de agosto. En los últimos días se han seguido las informaciones a imágenes del evento, que ha contado con la visita del papa Francisco como plato fuerte, pero que ha incluido un buen número de actividades distintas. Entre ellas, en redes sociales se han viralizado imágenes de una reunión al alba de clero y de asistentes, con estética de festival de verano y música sonando. Particular atención ha despertado una figura: la de un sacerdote DJ que, sotana y alzacuellos mediante, pincha mientras tanto. ¿Quién es?
MÁS
El vídeo de una sesión de música electrónica a las siete de la mañana, en plena reunión mundial de las juventudes católicas, ha recibido una inusitada cantidad de comentarios, llegando a crearse su propia lista de reproducción en Spotify. Y buena parte de los mismos en relación hacia su protagonista, el hombre que entretuvo durante varios minutos a los presentes. El Periódico de España ha sido el primer medio de comunicación en hablar con él, y gracias a su charla entre el periodista David López Frías y el sacerdote, hemos podido conocer un poco mejor al cura DJ, el padre Guilherme.
¿Quién es el padre Guilherme, el cura viral que pinchó en la JMJ?
Guilherme Guimaraes Peixoto es un cura de la localidad lusa de Guimaraes que ha obtenido una fuerte repercusión el país vecino debido a su faceta como pinchadiscos, que ha podido demostrar en importantes discotecas y clubes portugueses. En la charla con el citado medio, el párroco reconoce que ha quedado muy satisfecho con su participación en el citado evento. Tuvo vocación de sacerdocio desde pequeño, tras vivir el ejemplo del párroco de su pueblo y su labor solidaria e integradora mediante obras sociales. Fue un referente que quiso seguir, y en 1999 se ordenó como sacerdote.
Lo de la música comenzó de una forma totalmente casual. En 2006 estaba destinado en una parroquia con pocos recursos en la que organizaron actividades para recaudar fondos. Le tocó encargarse de un karaoke en el que solo se pedían canciones románticas, así que decidió poner temas más movidas en los intermedios para animar el ambiente. Convenció a los asistentes y se descubrió a sí mismo. Empezó a hacerse con un equipo y a formarse de manera autodidacta mediante vídeos y tutoriales. Con el tiempo, su fama en el país luso se disparó: hoy es toda una estrella allí: todos los temas que pinchó en la JMJ son suyos.
Por si su pasión por la música electrónica no fuese pista suficiente, lo cierto es que estamos ante un cura verdaderamente atípico. Además de la religión y el techno, dedica su vida al ejército, ya que es Teniente Coronel en el cuadro militar portugués, habiendo estado en Afganistán y Kosovo, como sacerdote militar. Paralelamente, además, es un gran aficionado al fútbol, y destinó, de hecho, el primer salario que recibió de la Iglesia Católica a hacerse socio de su equipo natal, el Vitoria de Guimaraes.
La defensa del padre Guilherme sobre la música electrónica y el mundo nocturno
El padre Guilherme reivindica otra visión del mundo de la noche, alejada de los estereotipos de drogas y sexo. "En realidad lo que hay son personas. Los del día y los de la noche somos los mismos. Si eres un vándalo de día, eres un vándalo de noche", concede el parroco, que visita anualmente Ibiza para disfrutar de sesiones de otros DJs que le gustan.
Guimaraes tiene claro el papel que debe tener la música electrónica, y descarta que pudiese haber algún hueco para ella en las misas o celebraciones litúrgicas al uso. Pero sí cree que que este arte ofrece una importante oportunidad que la Iglesia debe aprovechar, al considerarla "un vehículo muy potente para transmitir mensajes de paz, de tolerancia, contra la xenofobia y la discriminación", reflexiona.