Hay quien ama su trabajo por encima de todo y por muy normal que sea. Por eso, jubilarse para algunos es más una penitencia que un salvavidas para empezar a dedicarse más tiempo a sí mismos, recordemos el caso de Yasuko Tamaki, la japonesa de 90 años que lleva 60 en la misma compañía para la que la jubilación no es una opción. Un caso similar es el de Ruthie Shuster, una mujer estadounidense que acaba de cumplir 100 años y no tiene intención alguna de jubilarse en el trabajo donde lleva prácticamente la mitad de su vida. Hace 50 años entró a trabajar en un McDonald's de Pittsburgh, en Estados Unidos, y desde entonces se ha mantenido ahí.
El programa Good Morning America ha sido el que ha descubierto a la ya centenaria anciana que por nada del mundo quiere jubilarse y acude cada día a su puesto de trabajo. Cuando cumplió los 50 años se quedó viuda, y fue cuando entró a trabajar en la compañía y desde entonces no ha dejado de ir en ningún momento a pesar de su edad, de la que dice que es solo un número y que mientras nada se lo impida, seguirá yendo cada día a su trabajo.
Tras tanto tiempo trabajando en el mismo restaurante de comida rápida los clientes conocen de sobra a Ruthie Shuster, por eso mismo, para celebrar su centenario, han puesto un buzón en el exterior de su McDonald's para que todo el que quiera le deje una carta o una felicitación por sus 100 años. De una cadena de comida rápida, Shuster ha conseguido hacer un restaurante más costumbrista y tradicional de lo que podríamos creer. Por ejemplo, cada viernes aclara su voz para cantar a sus comensales una canción, You are my Sunshine, un tema al que se suelen unir muchos clientes.
Como comentábamos, Ruthie comenzó a trabajar cuando enviudó por necesidades económicas y, aunque reconoce que no gana grandes cantidades de dinero, para ella es suficiente porque le permite pagar sus facturas y vivir su día a día cómodamente, además, como ella misma reconoce en la entrevista, "me gusta trabajar, me pagan".
Es más, a sus 100 años sigue demostrando una gran vitalidad, pues antes de la pandemia acudía a bailar unas cuatro veces a la semana cuando acababa de trabajar en el restaurante, cosa que ahora no puede hacer pero que está deseando retomar. Los presentadores del programa han bromeado sobre la vitalidad, el sentido del humor y la energía que la anciana desprende, preguntándose cuál será su secreto.