Antonio de Lacy (63) es un referente de la medicina internacional. Es director del departamento de Cirugía Gastrointestinal del Hospital Clínic de Barcelona. Fue pionero en utilizar robots y la tecnología 5G en las intervenciones, sin necesidad de abrir con el bisturí al paciente. Todo un pionero médico que ha charlado con nosotros sobre su trabajo y también sobre la vida y sus golpes: hace apenas unos meses su mujer, con la que llevaba más de treinta años y había tenido dos hijos, falleció a causa de un cáncer. De "la rabia" por esa pérdida nos ha hablado, aunque también ha quedado tiempo en la conversación para las luces y la belleza.
Lacy se ha hecho un nombre en la medicina mundial por usar todos los recursos técnicos y naturales a su alcance a favor del paciente. Ha descubierto la manera de sacar la vesícula biliar por la boca o por el ombligo, utilizar la vagina para extraer un tumor gástrico, y encontrar, en resumen un modo más seguro y rápido para operar. Con ello ha conseguido que los posoperatorios y los tiempos de operación se reduzcan notablemente.
Pero la de mayor impacto es, a su juicio, la cirugía transanal, que bautizó con el nombre de un pobre león, Cecil, que fue víctima del rifle de un dentista estadounidense. Una técnica que reduce drásticamente errores y liquida la intervención en una hora y media en lugar de en cuatro. Además es fundador de la plataforma de formación online para cirujanos AIS Channel, la más importante a nivel mundial, y ha fundado y dirige el Instituto Quirúrgico Lacy.
Es, en palabras de Joana Bonet, "un súper doctor". La periodista y escritora ha sido la encargada de entrevistarle, dentro de su sección, 'Palabra de Boomer', de nuestro espacio de entrevistas en directo de nuestra cuenta de Instagram. De medicina y de la vida han hablado en esta interesante charla que puedes ver entera en el vídeo de arriba [dale al play].
A pesar de esos "súper poderes" el doctor se ha querido quitar mérito a lo largo de toda la charla. Con modestia, resumía así el hecho de haber logrado una revolución en la cirugía poco invasiva: "Lo único que he hecho yo es viajar mucho, tener grandes amigos en todos los sitios del mundo e intentar hacer nuevas cosas para que nuestros pacientes estén mejor. Los pacientes lo pasan mal y con todo ese tipo de cirugía lo que hemos hecho es, sobre todo, disminuir el dolor de los pacientes".
En el Mobile Word Congress de 2019, dirigió la primera operación que usó técnicas quirúrjicas combinadas con la tecnología 5G. Se conectó desde el congreso y, de manera remota, dio asistencia a una operación de extirpación de un tumor que se estaba realizando en el Hospital Clínic. "Desde hace más de 10 años vengo diciendo que lo ideal es tener un teléfono para conectar el quirófano con alguien a quien puedas llamar. Y desde el teléfono se puede dirigir. Una intervención, a veces, depende de una decisión. Eso no podía ser porque había un retardo: con el 5G esto desapareció y vimos la oportunidad".
Antonio de Lacy ha confesado ser un adicto a lo que hace, y levantarse diariamente a las cuatro menos cuarto: "Soy un yonqui del quirófano, un yonquirófano, un yonqui del trabajo, y ahora más". Ese "ahora" significa desde que su mujer, Catalina Oliver, no está. Era ginecóloga en el mismo hospital que él y falleció de un cáncer de pulmón en abril de 2018. "Mi mujer me decía, '¿cómo es que tú, que estás todo el día extirpando tumores, no puedes operarme a mí y salvarme?'", ha relatado, visiblemente emocionado.
"Ahora me he vuelto mejor, más cariñoso con los pacientes. Está muy bien que puedas extirparle ese tumor y le puedas curar". Al escucharle hablar, queda patente el amor que la pareja se profesaba: "Un amigo mío americano, cirujano, me dijo un día '¿De qué te quejas? Si has tenido más de 30 años a una persona maravillosa a tu lado'. Eso, la mayoría de la gente no lo puede tener. Ha sido mi único amor".
El dolor por su pérdida sigue siendo intenso: "Era mil veces mejor que se me hubiesen llevado a mí, a que se hubiesen llevado a ella. Estoy muy rabioso, porque no me parece justo". Pero sobre su viudedad, reconoce estar "protegido" por sus dos hijos: "el mayor es clavado a su madre y es cirujano, el segundo se parece más a mí y vive todavía conmigo".
En este 'Palabra de Boomer', también ha habido tiempo para tocar otros temas como los complejos, la belleza o la elegancia. ¿Cuál es el mayor complejo de Antonio de Lacy? "Yo me fui a Estados Unidos cuando tenía 18 años (en el año 1976) y viví algo que era la libertad", ha relatado. "Me daba vergüenza tener pasaporte español. Me horrorizaba haber vivido mi adolescencia en esa España gris. Ibas a Estados Unidos o a París, y había color en las ciudades". Afirma que "desde hace tiempo tengo superado ese complejo y ahora estoy muy orgulloso".
Y, para él, ¿qué es la belleza? "La belleza es una intervención quirúrgica", ha declarado, mostrando su sensibilidad. "La belleza es dejar de pescar, de matar, que es lo que yo hacía". Antes le gustaba pescar a fusil, pero es una afición que ya ha abandonado. En parte, quizá, por las secuelas de la anécdota que ha narrado: en una ocasión, disparó a una mantarraya, que albergaba los huevos de sus crías en su interior y, al recibir el disparo, el animal parió para salvarlas. Esa visión le dejó trastocado. "Ya no pesco, ahora voy a observar los peces", ha confesado.
¿Y qué significado le da la elegancia? "Muy probablemente, la elegancia es que tu vengas a mi casa, yo te reciba y te encuentres muy bien. Las personas elegantes, que tampoco hay tantas, hacen esto". Y, para concluir, ha ejemplificado su concepto de la elegancia con una historia familiar: "Yo tenía un antepasado, que fue muy criticado por mujeriego, Luis de Lacy. Era un señor elegante. Fernando VII lo mandó matar y, cuando lo fusilaron, pidió estar sentado para estar así bajo la diana y que los soldados le dispararan a la cabeza, en vez de al corazón con el que había querido tanto a España".