Desayunos, meriendas, almuerzos, postres... Un alimento que marcó a más de una generación. Son las galletas María, un 'snack' que seguro que has probado en diferentes contextos y formas: como eje central de las natillas, en las mañanas frías acompañando a la leche, compartiéndolas en el recreo o el parque con los amigos... Nos gusten más o menos, todos recordamos su sabor y su crujiente textura. Pero, si nos paramos a pensar, ¿sabemos de dónde viene este alimento, que ha sido una constante intergeneracional a lo largo del tiempo?
Rafael Navarrete (@historiacolor), un funcionario sevillano que 'resucita' imágenes en blanco y negro dotándolas de color, ha publicado en su cuenta de Twitter el origen de las galletas más famosas de nuestro país, esas que aguantan enteras aunque las mojemos en leche. Según ha explicado en su cuenta, provienen directamente de la Rusia zarista del siglo XIX. En concreto, le deben su nombre a la Gran Duquesa María Aleksándrovna de Rusia, que fue hija del zar Alejandro II y tía de Nicolás II. El acontecimiento que desencadenó su creación fue su boda con Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha, uno de los primogénitos de la reina Victoria del Reino Unido.
La boda entre la duquesa y Alfredo de Sajonia tuvo lugar en el año 1874, en el Palacio de Invierno de San Petersburgo. Peek Freans, una empresa londinense de 'cookies' que se había creado unos años atrás, quiso inmortalizar el momento a su manera. De esta forma, crearon la receta de estas galletas y le pusieron el nombre de la novia, María.
Lo que empezó siendo una manera de conmemorar aquel enlace terminó siendo una galleta de fama mundial que, al poco tiempo, comenzó a distribuirse de forma masiva por todo el mundo. A nuestro país llegó de la mano del empresario Eugenio Fontaneda, creador de la mítica marca de galletas, quien creó la primera fábrica de las mismas en el año 1881.
María Aleksándrovna murió en el año 1920, después de ver la caída y muerte de su sobrino, el que fue el último zar de Rusia, después de la revolución rusa de 1917 encabezada por Vladímir Lenin, que supuso el punto de partida de la Unión Soviética, antecesora de lo que hoy conocemos como Rusia.
Rafael Navarrete cuenta con más de 17.000 seguidores en su cuenta de Twitter, que utiliza como escaparate de sus obras. Se dedica fundamentalmente a rescatar fotografías clásicas, en blanco y negro, y aplicarles color para dotarlas de modernidad. Algunos de los personajes a los que les ha devuelto la vida son Charles Dickens, Gaudí, Federico García-Lorca, Antonio Machado, Miguel Hernández o Benito Pérez Galdós.
Lo que empezó siendo una afición terminó por darle un notable reconocimiento en redes sociales. En una entrevista reciente, terminó por confesar que dedicaba la totalidad de su tiempo de ocio a la restauración de este tipo de fotografías, siempre con un componente de investigación y búsqueda muy importante. Horas de bucear en archivos y trabajo con el 'Photoshop' le han convertido en un referente en el etalonaje de este tipo de fotografías.