Se termina la pesadilla de 9 años: dejan de enviar pizzas a un hombre de 65 años que las recibía a domicilio sin pedirlas
Jean Van Landeghem, un vecino de Flandes, Bélgica, llevaba 9 años recibiendo pizza a domicilio sin pedirla
Hace 6 meses que no le llega ningún pedido, pero su temor sigue ahí
La policía, que se ha hecho cargo del caso, cree que una pareja de amigos o sus hijos podrían estar detrás del acoso
Desde hace 9 años, Jean Van Landeghem, un vecino de 65 años afincado en Flandes, Bélgica, recibía pizzas en su casa. Todo normal, salvo porque no las pedía. Lo que en un primer momento pareció una equivocación puntual se convirtió en rutina, y con ello, en trauma. El misterio todavía no se ha resuelto: ni la policía ni Van Landeghem saben quién es el bromista pesado (o el pesado bromista) que le ha estado atormentando a lo largo de estos últimos años. Pero hace tiempo que ya nadie le manda las dichosas pizzas y las autoridades ya tienen una lista de sospechosos. Algo es algo.
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Antecedentes
Van Landeghem recibió hasta 14 entregas a domicilio en un mes. Las primeras veces parecía algo normal. Pero rápidamente se dio cuenta de que aquello no podía ser casualidad. El acoso persistió de forma mensual y el vecino belga comenzó a desarrollar paranoia y fobias. "No consigo recuperar la serenidad. Pasa una motocicleta, o un coche se detiene frente a mi casa y empiezo a temblar. Todavía a día de hoy", le contó al diario belga 7sur7. El vecino denunció la situación, los medios se hicieron eco y parece que, de momento, todo se ha calmado.
Cobertura mediática
Porque ya nadie le envía pizzas a Jean. "Afortunadamente, desde la cobertura mediática del asunto, todo se ha calmado. Parece que el acosador se asustó con todo el ruido porque llamó la atención de la policía". Hay una doble tesis acerca del fin de esta pesadilla: "o el autor dejó de hacer pedidos en mi nombre o todas las pizzerías recuerdan mi nombre y dirección y las incluyeron en la lista negra", explica Van Landeghem. Lo que es seguro, según él mismo, es que el cese de esta situación no ha supuesto, ni mucho menos, el fin de su tormento mental.
Jean, escéptico
Tras la viralización de la historia, el asunto llegó a manos de la policía de Flandes, que comenzó a investigar para dar con el autor (o autores) de la persistente y pesada. Las sospechosos principales, según cuenta el medio belga, son una pareja de amigos de Jean que también han estado recibiendo pedidos no deseados durante años. De hecho, hace unas semanas se les incautaron ordenadores y teléfonos móviles. Pero Jean cree que se trata de un error y, escéptico, afirma estar seguro de que "no tienen nada que ver con todo esto". "¡Son mis amigos desde hace diez años! ¿Quién pediría su propia pizza sin quererla?", se pregunta el sexagenario.
La tesis de la policía belga
Los hijos de la pareja también se encuentran en el punto de mira. La tesis de la policía es que sus amigos y los hijos de los mismos han comenzado a pedir pizza a su propio domicilio y están afirmando que tampoco la han pedido para que los investigadores los vean como víctimas en lugar de perpetradores. De momento no se ha confirmado que ningún sospechoso haya sido el verdadero acosador del pobre Jean, a quien afectaría y mucho el hecho de que sus amigos hubieran seguido haciéndolo aún sabiendo el coste psicológico que estaba teniendo la situación para él.
Difusión internacional
La historia ha sobrepasado fronteras transnacionales. Medios estadounidenses, latinoamericanos y de toda Europa se han hecho eco de esta historia. Televisiones, prensa escrita, prensa digital, radios... Jean se convirtió en el protagonista viral de España allá por junio de 2020. Ahora, parece que todo el asunto está cerca de terminar y que, por fin, vamos a conocer al verdadero artífice de esta tragicomedia.