"No tengo el coño para ruidos": el mensaje de Maruja Torres para anunciar que no escribirá más en El País
La periodista anuncia su salida del medio tras conocerse la marcha de la directora Soledad Gallego-Díaz, sin morderse la lengua como suele hacer. Repasamos algunas de sus últimas frases ácidas durante la pandemia.
La historia se repite siete años después. Maruja Torres ha anunciado que deja su colaboración con El País tras conocerse que Soledad Gallego-Díaz dejará de ser la directora del periódico tras poco más de dos años al frente. Maruja, como ya hiciera en 2013, ha dado a conocer la noticia a través de su cuenta de Twitter con un mensaje afilado y contundente; marca de la casa. "Soledad Gallego-Diaz deja la dirección de El País
y yo paso a comunicaros que mi artículo del sábado anterior es el último que habéis leído en dicho medio. He disfrutando mucho y os doy las gracias, a los lectores y a los compañeros. No tengo el coño para ruidos".
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La noticia llega tras apenas dos meses de deleite para los lectores de la periodista y escritora, que en pleno confinamiento había vuelto al periódico en el que empezó a colaborar hace casi cuatro décadas (en 1981). Lo hacía con la columna Con o sin dientes, que escribe desde Barcelona. Como han augurado compañeros y seguidores comentando su salida, a la pluma de Maruja (77) no le faltará casa. Lengua afilada, humor y carisma que, a falta de columnas, puede encontrarse en sus libros (reconocidos con un Nadal, un Premio Planeta y la Medalla de Oro a la Bellas Artes). Y en sus tuits. Sin ir más lejos, en su biografía en la red social, donde se define como "Periodista, hoy más que nunca retirada del circo. Escritora, hoy más que nunca retirada del circo. Todavía en pie. And still sick of this shit (y todavía harta de esta mierda)".
Sin morderse la lengua desde 1943, sus tuits son una colección de frases para enmarcar. Como lo es la última columna que deja en el periódico, Soledad de los viejos de fondo, que pone en el punto de mira la desatención psicológica de las personas mayores en las residencias afectadas por la Covid-19. "Si tengo angustia yo, que soy una vieja atípica, independiente, en una vivienda en la que me siento bien atendida por los amigos, ¿qué no sufrirán esas personas que han experimentado, prácticamente inmovilizadas, los vaivenes de este huracán?", escribe. "Por un viejo con Covid-19 fallecido por falta de cuidados se pueden pedir responsabilidades penales; por uno muerto de soledad, no. Sacad las conclusiones".