La sensación de irrealidad y frustración tras el asalto al Capitolio se ha extendido. Una insurrección alentada por el propio Donald Trump que le ha costado, no solo la crítica internacional y la cancelación de sus cuentas en redes sociales, sino también las críticas desde su propio partido. Una de las más sonadas, la del ex presidente republicano George Bush.
"Laura y yo estamos viendo las escenas de caos que se desarrollan en la sede del gobierno de nuestra nación con incredulidad y consternación. Es un espectáculo repugnante y desgarrador. Así es como se disputan los resultados de las elecciones en una república bananera, no en nuestra república democrática", escribió en un comunicado público.
Y no era el único en acuñar el término para referirse a los hechos. El congresista Mike Gallagher, miembro de la Cámara de Representantes por Wisconsin, Mike Gallagher, decía: "Lo que estamos viendo ahora es una porquería de República Bananera".
¿Qué quieren decir con esto? Según apuntaba Bush, que se trata de lo opuesto a una democracia. Y en palabras de la enciclopedia colaborativa Wikipedia, este se usa "para describir un país que es considerado políticamente inestable, empobrecido, atrasado, tercermundista [sic, cuya economía depende de unos pocos productos de escaso valor agregado (simbolizados por las bananas), gobernado por un dictador legitimado de manera fraudulenta o una junta militar, sometido a la hegemonía de una empresa extranjera, bien sea mediante sobornos a los gobernantes o mediante el ejercicio del poder financiero".
Esa serie de connotaciones negativas se remonta algo más de un siglo atrás y hace que su uso, precisamente por parte de altos cargos estadounidenses, esté cargado aún más de un sentido clasista y racista.
El término lo acuñó por primera vez el escritor estadounidense William Sydney Porter, que en la década de 1890 huyó a Honduras escapando de cargos de malversación de fondos. Tras su regreso a Estados Unidos, en 1904 publicó bajo el pseudónimo O. Henry un libro titulado Coles y reyes. Este incluía el cuento El Almirante, que contaba la historia de Anchuria, un país ficticio en el que plasmó sus vivencias en Honduras.
"Él llamo a Anchuria una república bananera por tener un gobierno corrupto y una economía que dependía casi exclusivamente del cultivo y comercio de plátanos. Como el texto de O. Henry se clasificó como sátira, nos invita a reírnos de este término -qué cagado que una empresa que vende fruta tiene más poder sobre un país que su propio gobierno-", escribe la investigadora y ativista antirracismo Jumko Ogata en un completo hilo de Twitter.
Ahí desgrana la parte de la historia de Anchuria que está basada en hechos reales. "La United Fruit Company, fundada en 1899, producto de la fusión de varias compañías estadounidenses dedicadas al comercio de fruta, se expandió a principios del siglo XX por buena parte de los países centroamericanos y parte de América del Sur.
Compraron grandes extensiones de tierra, impusieron regímenes a través de golpes de estado (con la ayuda del gobierno estadounidense bajo el argumento de impedir el avance del comunismo) y explotaron a los trabajadores que cultivaban, cosechaban y empacaban".
En consecuencia de estas circunstancias tuvieron lugar diferentes masacres, una de ellas en La Ciénaga, Colombia, tras una huelga de los trabajadores que, como apunta la activista, "fueron reprimidos brutalmente por el gobierno colombiano, que buscaba preservar los intereses de la United". Una masacre que, recuerda, recoge Gabriel García Márquez en Cien años de soledad.
Es por eso por lo que recurrir al término que tanto Jumko Gonata como otros activistas y usuarios latinoamericanos de redes sociales han recordado, se trata de un término "racista, clasista y colonial", que estigmatiza a una población que además estaba sometida al poder estadounidense.