Pepu Hernández y otros que entraron en política más allá de los 50: "Se puede ser útil a cualquier edad"
La media de edad de los parlamentarios es de 47 años, y los nacidos entre el 1965 y 1980, la generación más numerosa
Hablamos con Pepu Hernández, quien entró en política a la edad de 61 años, para que nos cuente qué debe tener en cuenta alguien que quiera prestar servicio público en la madurez
"Se puede ser útil a cualquier edad"
Encender la televisión, ver que discuten por la anécdota nimia del día, apagar la televisión y decirse a uno mismo: "hasta yo sería más útil". Es un pensamiento recurrente en todos. Ya hace tiempo que la política genera más desafectos que afectos en nuestra sociedad. El último CIS confirma una tendencia muy establecida durante los últimos años: un suspenso generalizado, con variaciones de nota, para los principales líderes políticos a nivel nacional, que se traduce en desapego y desconexión de la ciudadanía con sus dirigentes. Pedro Sánchez, 4,5; Pablo Casado, 3,5; Pablo Iglesias e Inés Arrimadas, 3,3; Santiago Abascal, 2,7.
Otra realidad conocida es que la experiencia es la nota dominante en el Congreso de los Diputados: la media de edad de los parlamentarios de la actual legislatura es de 47 años, y la generación X (nacidos entre el 1965 y 1980) es la que más predomina, con 193 diputados. Si sumamos a los boomers (nacidos entre el 1946 y el 1964), que son 105, obtenemos un total de 298, más de tres cuartas partes del total del hemiciclo.
MÁS
Paradójicamente, a tenor de estas cifras, también se podría concluir que la experiencia en política es necesaria para poder formar parte de un partido y defender las ideas que uno cree más justas. Pero tampoco es así exactamente. La gran mayoría de partidos políticos tienen ejemplos de séniors que empezaron en el servicio público a una edad 'tardía' sin tablas previas en política. Veamos algunos casos.
Julio Rodríguez, Podemos
Exjefe del Estado Mayor de Defensa, el general Julio Rodríguez (72 años) fue candidato de Podemos al Congreso de los Diputados por Zaragoza en 2016, cuando tenía 66 años.
Pepu Hernández, PSOE
El que fuera entrenador de la selección española de baloncesto y campeón del mundo y 2006 fue elegido candidato socialista a la alcaldía de Madrid a los 61 años.
Francisco Serrano, VOX
En 2014, cuando tenía 49 años, comenzó a formar parte de este partido. Años más tarde, en el año 2018, fue el cabeza de lista del partido en las elecciones andaluzas.
Fernando Adolfo Gutiérrez Díaz de Otazu, PP
Oficial de Infantería y General de División de Ejército de Tierra, Gutiérrez Díaz entró en política a sus 62 años, en las elecciones de abril de 2019.
Mertxe Aizpurua, EH Bildu
Periodista de formación, la portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados comenzó su periplo político a los 51 años, en el año 2011, cuando se creó la coalición EH Bildu.
Ernest Maragall, ERC
Si bien sí había trabajado internamente para administraciones en el puesto de analista informático y economista a nivel municipal, no fue hasta el año 1995, a los 52 años, cuando ocupó por primera vez un cargo institucional de concejal de Función Pública y calidad.
Una vez llegados a sus respectivos espacios de influencia, ninguno de ellos ha dudado en poner su experiencia al servicio de sus convicciones y conciudadanos.
¿Te pica la curiosidad? ¿Eres vehemente y firme en tus convicciones? ¿Tienes ganas de demostrar que para ser servidor público no hace falta ser un personaje mediático? Hablamos con el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, para que nos cuente su experiencia al frente del grupo municipal y nos dé algunas claves a tener en cuenta a la hora de entrar en política después de la edad 'ordinaria'.
"Es una labor dignísima muy denostada"
Acostumbrado a dirigir grandes grupos, a Hernández se le propuso la oportunidad de liderar la candidatura socialista en el año 2019. Aquello iba a significar, como él mismo reconoce, "el cambio de mi vida". "Pensé un poco lo que iba a significar. Pensé qué podía aportar, desde mi óptica y experiencia", recuerda. Aquel reto de gestión iba en concordancia con su idiosincrasia, la que había puesto en práctica años atrás con la selección española de baloncesto: el reto de un hombre que convirtiese "un grupo en un equipo".
"Lo que más me gustaba era tratar de hacer algo desde el servicio público. Estoy más en el servicio que en lo político, es una labor dignísima muy denostada. Es lo que tenemos que hacer: una política cercana, estar cerca de lo que necesitan, proponen o sufren los vecinos de Madrid y aportar soluciones", resume.
Él mismo rechaza que para prestar un servicio público haya que ser 'político profesional'. "Es muy importante que a la política no solo se acerque gente que esté formada en la política, sino también desde otra óptica. Personas que no estén vinculadas a la política, sino que tengan experiencia en otros ámbitos".
Para él, la edad nunca fue un problema. "Es importante estar, ser útil; se puede ser útil a cualquier edad. Es cierto que cuando tienes 50 años o más tienes unas experiencias, sabes lo que ha pasado. Igual no en profundidad, pero sí lo que ha pasado en tu sociedad. Estar en otra actividad no significa ser ajeno al resto de cosas", asevera.
Convicción, escucha, paciencia y capacidad de reacción
Son los conceptos que Hernández remarca en su forma de entender la política, las habilidades que cualquier persona que quiera dedicarse a la labor pública, tanto en la madurez como en el resto de las etapas vitales, debe tener presente.
Convicción
"Hay que estar convencido, no perder nunca las convicciones que tienes. Puedes entrar con la idea de transformar, pero te pueden transformar a ti; entonces, no estás consiguiendo el efecto que quieres para el desarrollo de tu actividad".
Escucha empática
"Debes tener una capacidad extraordinaria de escuchar, de comprender y si es posible, de actuar. Muchas veces no escuchamos cuando no hay una respuesta positiva. No siempre la habrá; debe haber una capacidad de hablar, una empatía especial. Uno de los déficits de la política es la empatía. Es imprescindible escuchar a todos. Has de saber para quién trabajas, para los ciudadanos. Te hayan votado o no, tengan una idea u otra, hay que entender los problemas de todos".
Paciencia
"En política o gestión, los tiempos son los que son. Hay que tener paciencia, también una capacidad de análisis que no sea a corto plazo. Uno de los males de la sociedad es que queremos que las cosas se solucionen rápidamente. En política se traduce en querer ver y consolidar la actividad que estás teniendo. Pero no se puede valorar una actividad política de semana en semana, sino en periodos medios y largos".
Capacidad de reacción
"Cuando surge un problema, la reacción ha de ser, en muchos casos, inmediata. Hay que estar preparado para situaciones que no estén previstas. Prever, actuar y dar una respuesta inmediata".