El Alcatraz contagioso: la isla donde están los virus más peligrosos del planeta
La isla Riems, en el norte de Alemania, es uno de los lugares más peligrosos del mundo
En ella se albergan e investigan algunos de los virus más peligrosos y mortales
Tanto para entrar como para salir hay un minucioso protocolo de seguridad
Si algo hemos aprendido en estos poco más de dos años de pandemia es que algo tan minúsculo como un simple virus nos puede cambiar la vida por completo. Y vaya que si lo hace. Nos hemos dado cuenta de lo peligroso que puede resultar ese ser invisible a nuestros ojos, por eso mismo no es de extrañar que a la hora de establecer los lugares más peligrosos del mundo la isla de Riems, en el mar Báltico, esté en esa lista. Y no porque su clima sea adverso o porque haya una montaña o acantilado en el que hayan perdido la vida varias personas. No, es uno de los lugares más peligrosos del mundo porque alberga en ella algunos de los virus más mortales que existen.
Riems es una pequeña isla en el norte de Alemania bañada por las frías aguas del mar Báltico a la que no cualquiera puede acceder y donde se encuentra el Instituto Friedrich Loeffler, fundado hace más de un siglo. En esas instalaciones se encargan de investigar con máxima seguridad las enfermedades que afectan a los animales y que, en algunos casos, pueden transmitirse a los humanos.
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Fundado en 1910
En 1910, el investigador que le pone nombre al centro fundó el Instituto para estudiar la fiebre aftosa y entonces la única forma de acceder a la isla era en barco, pero pocos años después se trasladó a Berlín y hasta la Segunda Guerra Mundial no volvió a ocuparse la isla
Durante la era nazi se utilizó para el desarrollo de diferentes experimentos de armas biológicas. Hoy en día su uso es muy diferente, ya que actualmente los científicos trabajan en sus instalaciones para, por ejemplo, encontrar vacunas frente a algunos virus. No obstante, son muchos los virus que hay en el Instituto, por eso la isla está cerrada al público y para entrar es necesaria una autorización, el Alcatraz de los virus, llaman a la isla.
Protocolo de seguridad
Las medidas de seguridad son excepcionales, ya que el laboratorio tiene categoría de riesgo de nivel 4 y todo el que trabaja allí está sujeto a estrictos protocolos. Las personas que acuden a la isla entran por un puente que, en caso de detectar un brote, se cierra para impedir que el virus se expanda al exterior. Entre los microbios que hay en sus instalaciones están los responsables de virus como la peste, el ébola o la rabia.
En la isla se infectan con virus a los animales con los que se trabaja, como ovejas o vacas, para investigar y monitorear los efectos de las enfermedades. Su peligro viene dado por la zoonosis, esas enfermedades que los animales nos pueden transmitir a los humanos, por eso el procedimiento es tan cuidadoso. Al trabajar con animales, el equipo trata de evitar su sufrimiento innecesario, utilizándolos como sujetos solo cuando es necesario para obtener la información que se busca.
Tanto para entrar como para salir los trabajadores cuentan con duchas desinfectantes y utilizan un vestuario especial de protección. El edificio en sí está lo más aislado posible del exterior, con exclusas que garantizan que el aire fluya hacia dentro, no hacia fuera, hacia el resto del mundo, como otra medida más de seguridad.