Nacidos el 29 de febrero: tener más de 80 y solo haber celebrado 21 cumpleaños
Los años bisiestos ocurren cada cuatro años para sincronizar nuestros relojes con la Tierra
2020 ha llegado con 366 días y 29 de febrero. 'Año siniestro, hambre en el cesto y pocos huevos en el cesto'. El refranero español carga sobre los años bisiestos una maldición que resulta muy fastidiosa a las personas que nacieron este día, tan singular que solo ocurre una vez cada cuatro años en el calendario.
José Manuel Ubarretxena, hostelero donostiarra, nació en uno de esos insólitos 29 de febrero, en 1936. Atiende a Uppers con la pesadumbre de quien sabe que, otra vez, su cumpleaños sacará a relucir las monsergas populares, bastante cicateras con ellos, la verdad. ¿No debería considerarse una prerrogativa poder decir con 84 años que solo has celebrado 21 cumpleaños?
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"Es mucho más. Cumpliré 100 siendo aún casi un niño. Nacer bisiesto es un capricho de los césares. Nos hace únicos y olímpicos. Somos como el caviar. La escasez nos da alta cotización", responde con contundente aplomo vasco.
Los años bisiestos se crearon para sincronizar nuestros relojes con la Tierra. Si nuestro planeta tarda 365,2422 días en girar alrededor del Sol y el calendario actual consta de 365, hay una porción sobrante que acaba sumando un día adicional cada cuatro años. Ese día es el 29 de febrero.
En 1996, bisiesto, Ubarretxena decidió elevar su fecha de nacimiento a rango de virtud creando el Club Mundial de los Bisiestos, único en el planeta, con el fin de estrechar lazos entre todos los nacidos un 29 de febrero y darle a esta circunstancia la dignidad que merece. Algo así como un sello distintivo. A medida que transcurre la conversación, se llena de razones: "Somos únicos en el mundo, en el universo. Patrimonio de la Humanidad, especiales e imprescindibles para que funcionen los calendarios. Julio César y César Augusto quitaron cada uno un día al mes de febrero para dar mayor importancia a sus meses, julio y agosto".
Como buen vasco, terco cuando una idea se fija en su cabeza, se dirigió al Diario Vasco y publicó un anuncio, escueto pero potente: "Se buscan bisiestos". "La respuesta -cuenta- fue inmediata, ya que comenzaron a llegar cartas y llamadas de España y de muchos otros países. Los bisiestos, hasta entonces dispersos por todo el planeta, encontraron por fin un punto de encuentro, un club en el que compartir el privilegio de serlo y en el que el carnet de asociado puede ser el mejor regalo que identifica desde la cuna a quien llega al mundo ese día".
Hoy ya ha conseguido reunir a unos 2.000 socios. "Estaba harto de que solo se hablara de maldiciones, hecatombes históricas y desgracias humanas", explica Ubarretxena al tiempo que le llegan a la memoria algunas de esas efemérides aciagas que le tocó escuchar desde niño. "En año bisiesto se hundió el Titanic, estalló la Guerra Civil española y fueron asesinados Kennedy, Martin Luther King y Mahatma Gandhy". Pura coincidencia.
Tiene razón que, dada la extrañeza del año, resultó muy seductor para alimentar leyendas y supercherías. El 29 de febrero de 1692 se emitieron las primeras órdenes de arresto en los juicios de brujería de Salem en Massachusetts (Estados Unidos). Una tradición británica estableció que el 29 de febrero, conocido como el Día de los Solteros, se permitiese a la mujer pedirle matrimonio al hombre. Si la rechazaba, se le obligaba a regalar a la dama un vestido de seda y, ya en épocas más modernas, unos guantes. En Escocia era fecha de mal fario. Son relatos que solo se recuperan en años como este.
No le faltan motivos a Ubarretxena para reclamar que se le considere "el lehendakari de los bisiestos". Desde luego, nadie podrá negar que capitanea con verdadero fervor la tarea de dar visibilidad a los bisiestos. "He conseguido que tengamos nuestra propia virgen en la Bahía de la Concha y una oración". Nos habla también con emoción de los preparativos de la fiesta de cumpleaños que reunirá, como cada año bisiesto, a todos los miembros del club que así lo deseen. Normalmente se organiza en el monte Igueldo, al oeste de la ciudad de San Sebastián, una de las tres cumbres que se divisan desde la bahía de La Concha. Esta comida ya es tradicional y es una ocasión muy especial para el club, que, por cierto, figura en el Libro Guinness de los Récords.
Pedro Sánchez nació también un 29 de febrero, una circunstancia que comparte con unos cinco millones de personas en todo el mundo, unos 32.000 en España. A este círculo de bisiestos habría que sumar al papa italiano Pablo III, al compositor Gioacchino Rossini, al artista Balthus, al director de cine William A. Wellman o a Alberto V de Baviera. Hay una gran galería de personas célebres que nacieron ese día. Entre ellos, científicos como Vance Haynes, John Philip Holland, Paul Erman o Herman Hollerith.
El turolense Luis Antonio Pérez Cerra, profesor de Lengua y Literatura en Barcelona, y también bisiesto, de pequeño añadía el 29 al mes de febrero y lo pintaba de colores muy vivos. "Nacer ese día -cuenta en su blog- te da una singularidad muy especial que a veces se traduce en sorpresa para los que descubren a personas nacidas en esta fecha tan escasa".