Las novelas de Arturo Pérez Reverte siempre han causado fascinación a los directores de cine: contando el nuevo estreno de “La piel del tambor” (y digo nuevo porque la adaptación de la novela ya pudo verse en la pequeña pantalla en la serie ‘Quart’ allá por 2007) son un total de 13 producciones audiovisuales las que se han realizado inspiradas en las obras del autor.
‘La piel del tambor'', dirigida por el colombiano Sergio Dow y cuenta con la bendición del mismísimo Reverte que ha dicho que es la mejor adaptación cinematográfica de una obra suya. En su reparto cuenta con nombres tan impresionantes como Rodolfo Sancho, Alicia Borrachero, Amaia Salamanca y Richard Armitage luciendo en su cartel. El largometraje toca un tema que siempre resulta peliagudo: la iglesia. Y lo hace de la forma que más tiende a incomodar a los fundamentalistas radicales del club de fans de Cristo: mezclando crímenes con el Vaticano.
Teniendo en cuenta que el tema de las denuncias por ofender a los sentimientos religiosos parecen estar más al alza que nunca, preguntamos a Borrachero y Sancho si no les daba miedo eso de toparse con la iglesia. Su respuesta, la mejor que podíamos esperar, un rotundo “no”.
De hecho, a Rodolfo no solo no le parece un problema, si no un favor: “Te voy a decir una cosa, por experiencia propia (esto igual no le gusta a algunos) pero no sabes la promoción que te hace la iglesia cuando critica un producto”, cuenta Sancho. “Yo hice una serie que se llamaba ‘La señora’, que iba de un cura que estaba enamorado, un poco como ‘El pájaro espino’... No sabes la promoción maravillosa que nos hicieron por hablar de la serie”.
Las experiencias positivas en lo que a cabrear a la iglesia se refiere, al parecer, son cosa de familia: “El otro caso cercano que conozco fue que mi padre (Sancho Gracia) hijo una película con Gael García Bernal, una película que se llamaba ‘El crimen del padre Amaro’, que era una película sin grandes propósitos de producción (una producción chiquita) y también se le ocurrió al Vaticano hablar de la película y, bueno... premios en Nueva York…”, explica sonriendo. “Es que no hay mayor promoción: que hablen, que hablen”.
Respondiendo a las declaraciones que hizo recientemente Amaia Salamanca sobre cómo a sus 36 años y por el mero hecho de ser madre los papeles que le ofrecían se habían reducido increíblemente, viéndose abocada a interpretar la madre de un chaval adolescente sin haber cumplido ella siquiera los 40, Alicia y Rodolfo nos contaron cómo el miedo a la muerte y al vejez nos está privando de ver personajes complejos y a actores y actrices con bagaje.