El rebelde García-Alix le da su toque a los clásicos: así ha reinventado a Goya, Velázquez o Rubens
La exposición forma parte de la jornada de PhotoEspaña 2022.
El leonés utiliza en este trabajo la fotografía analógica y las dobles exposiciones como herramientas para crear una evocadora serie.
"Cada cuadro es un mundo y, como tal, lo he tomado para inventar y construir uno nuevo"
Durante cuatro años, el fotógrafo Alberto García-Alix se ha sumergido de lleno en la obra de los grandes maestros de la pintura. Desde Goya a Velázquez o Rubens, el artista se ha inspirado en las principales obras del Museo del Prado para crear su nuevo proyecto: 'Fantasías en el Prado'.
Su imaginario fotográfico se podrán visitar hasta el próximo 28 de agosto en el Real Jardín Botánico. Un espacio que contextualiza a la perfección la belleza de la exposición en la que comenzó a trabajar en 2018.
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En esta ocasión, García- Alix se apoya en la técnica de la múltiple exposición sobre película analógica para dar vida a las 35 fotografías analógicas, reveladas en papel de gelatinobromuro de plata que conforman la exposición.
Las Meninas como nunca antes
Entre las obras revisitadas de Goya, el ganador del Premio Nacional de Fotografía en 1999, ha reinterpretado su perro semienterrado, y en cuanto a las de Velázquez ha querido rehacer 'Las Meninas'.
La 'Gioconda' queda "velada bajo una mancha terrorista" de pintura blanca y un autorretrato con máscara de fiera "con ayuda" de Rosa Bonheur son otras de las piezas.
"Nada es valorable, ni comparable con la emoción que he sentido trabajando con los cuadros. Cada cuadro es un mundo y, como tal, lo he tomado para inventar y construir uno nuevo", ha admitido el fotógrafo a Europa Press.
El detonante para iniciar este proyecto surge en 2017 con el encargo de dos fotografías por parte de la Fundación de Amigos del Museo del Prado para conmemorar el Bicentenario del museo.
Una nueva mirada
Sobre el proceso, el fotógrafo ha explicado la tarea que el fue encomendada: "Nos encomendaron a doce fotógrafos nuestra propia interpretación, una mirada en íntima comunicación visual con el Prado. Una vez finalizado el trabajo, seguía fascinado por el diálogo fotográfico que podía encontrar en muchas de las obras y decidí continuar, a título personal y con permiso del museo, mi caza fotográfica por el Prado".
Sobre el proceso creativo de la serie, García-Alix dice haber mirado "en comunicación con la historia, la política y el arte".
Un placer heredado
"Me he apropiado de tiempo, luz y pinceladas. He tomado las de sus autores", ha indicado el artista, recordando que retrata los cuadros que de pequeño visitó con su madre, que era historiadora de profesión, mientras revivían episodios fundamentales de la historia.
La relación de Alberto García-Alix con el Museo del Prado comienza de hecho desde niño cuando su madre, licenciada en Filosofía y Letras en la rama de Historia, le llevaba, junto con sus hermanos, de paseo por las salas del museo y les aleccionaba sobre la historia y la técnica que había detrás de cada obra.
Aquellas visitas le dejaron huella, y ahora considera el Prado como la mejor escuela de fotografía que puede haber, en especial del retrato. Entre sus favoritos, los realizados por Antonio Moro a la Duquesa de Feria y a María Tudor, obras que ha incluido en esta nueva serie fotográfica y que le atrapan por la dimensión psicológica de sus protagonistas. Porque no hay nada más bello que heredar la pasión por el arte entre padres, madres e hijos.