¿Quién no recuerda esa puerta a la libertad absoluta, el divertimento infinito y el país de las chuches que suponía irte con tu abuela o tu abuelo (o el tío abuelo o tía abuela) sin tener que someterte a las reglas de tus padres? ¡Qué maravilla estar en esa posición (siempre consensuada y sin abusar jaja) de ser un abuelo o abuela que no tiene la obligación de educar y sí de pasarlo pirata con nietas y nietos! Larga vida a esa relación increíble y preciosa.