La foto que ilustra esta entrevista se iba a hacer con unos botes de spray baratos y casi de atrezzo, pero a SUSO33, grafitero de 46 años, muralista, artista plástico, escenógrafo, vídeo artista y performer, no le gusta esa idea. "Esos botes son una mierda, déjalos ahí quietos, que saco los míos". Primera lección. SUSO33 es auténtico o no es.
Desde los 11 años, SUSO33 ha tenido una relación más que especial con los aerosoles. Con ellos y su talento ha creado una marca propia y un estilo en continua evolución con el que plasma sentimientos, motivaciones, frustraciones... Casi siempre con la ciudad como lienzo, aunque también ha dejado su sello en escenografías para el Teatro Real, el Centro Dramático Nacional o la Compañía Nacional de Danza. A sus 46 años, nos recibe con sus sprays, sus plantillas y sus gafas de sol de grafitero eterno durante los Cursos de Verano de la Complutense.
¿Qué siente cuando llegan unos botes de spray a sus manos?
(Mientras mira los botes) Llevo toda la vida con ellos en las manos. Para mí son muy familiares, una herramienta más, pero me gusta llevarlos como si fuera un superpoder. De hecho, cuando pinto llevo una cartuchera y son como una herramienta mágica para crear.
Si buscamos SUSO33 en Google aparecen unos 159.000 resultados, ¿se siente cómodo con que se hable tanto de usted?
Es casi un problema, porque es un lío: de tantas cosas que hay se desdibuja mi figura, mi perfil, mi persona, y no se llega realmente a lo que soy. Despista bastante.
Y quién es realmente
(Reflexiona). Una persona inquieta y con necesidad de expresarse y que a través de la música, el arte, la performance ha encontrado su medio de expresión. Para mí el arte es más una necesidad de expresarme y una búsqueda interior, un paso más para llegar a ese lado oscuro, profundo, poético, emocional…
¿Esa búsqueda continúa actualmente?
No hago más que experimentar y probar y probar. Podía, como otros de mis colegas, parar y rentabilizar más todo, pero es que me gusta jugar, investigar…
¿Cree que la experiencia le ha hecho mejorar?
Sin duda. La experiencia, el trabajo… He trabajado mucho desde bien pequeñito y con multitud de personas en distintos proyectos, trabajos, oficios… El gran aprendizaje mío ha sido a través del trabajo.
¿El grafiti actual es mejor o peor que el de cuando empezó en los años 80?
Es distinto. No creo que sea peor. Son otras motivaciones, otros fines, lenguajes… Ha evolucionado mucho la técnica y ahora es más accesible a todo el mundo. Ya no es algo donde haya que adquirir el conocimiento por mentores, sino que ahora es algo que cualquier persona lo busca en Google y te dicen cómo hacerlo, dónde comprar los materiales… y te los traen a casa.
¿Hay alguna edad límite para comenzar en el mundo del grafiti?
Con el arte urbano se suele empezar ya más de mayor y con gente que tiene una formación académica; sin embargo, el grafiti es de niños, se empieza de niño. Es extraño que alguien mayor empiece con el grafiti, pero a mí me gusta haber empezado en el grafiti de niño porque conservo esa magia de la infancia.
No he perdido el dibujo, que es algo que hacemos todos en nuestra vida no se sabe muy bien por qué. No sé por qué a los niños se les quita el superpoder de dibujar, yo todavía lo conservo. Creo que es más porque te dicen que no lo haces bien y te coartan, pero el dibujar es dibujar, hacerlo bien o mal es otra cosa.
¿Le dijeron alguna vez que no dibujaba bien?
Sí, muchas. De hecho me fue muy difícil entrar en Bellas Artes porque me decían que no tenía aptitudes para entrar. Hasta que entendí que no se trataba de aptitudes, sino de prepararse para la prueba, aprobarla y se acabó.
Así se cortan las alas de la creatividad…
Pero como yo vengo de la escuela del grafiti y el 'hazlo por ti mismo' me da igual que me digan que no valgo, yo sigo adelante. También me dijeron que no servía para danza y es algo que me apasiona y se me da bien. Yo creo mucho en lo que me conmueve, en la intuición.
En 2013, con 40 años, decía que no echaba cohetes económicamente hablando y que corría el riesgo de aparentar más de lo que era en realidad. ¿Ha cambiado su situación desde entonces?
No. Aparento más de lo que soy porque salgo en los medios, pero no es así. Y económicamente pasa lo mismo. No nado en la abundancia, voy muy justo. Y lo que consigo lo reinvierto en seguir creando. A mí me gustaría dedicarme al estudio y la investigación.
Explicar su experiencia a otras personas...
Me gustaría la investigación. Una vez tuve la gran fortuna de tener una beca y estuve varios meses sin tener que preocuparme de conseguir 'power para la maquinita': me sirvió para poner orden en mi vida, publicar algunos libros, hacer alguna exposición y no estar pendiente del dinero por un tiempo.
¿Los artistas que llegan a definir su estilo y les va bien económicamente dejan de arriesgarse?
Para mí, los que se dedican a crear objetos para el sistema del arte y transformarlos en dinero sí, tienen una fórmula, la explotan y no arriesgan, pero a mí eso no me ha interesado y no me he dedicado a eso. Cuando he expuesto en galerías han sido proyectos expositivos, pero bueno, igual me dedico a ganar dinero cuando sea más mayor y el cuerpo no me dé para el grafiti.
¿Cuándo el cuerpo no le dé?
Me sigo sintiendo joven, pero mi cuerpo no. De actitud sí, sin duda. Estoy vivo, tengo inquietudes… pero el cuerpo ya no me responde como antes. Cuando tengo mucha acción y procesos de creación largos noto que ya no es como si tuviera 20 años… Aunque me he mantenido bastante en forma hasta ahora, porque es un trabajo muy físico, de mucha acción.
¿Ha dejado la calle por ello?
Qué va. (Suso saca su móvil y enseña lo último que ha hecho). Hago cosas mágicas, muy respetuosas. No paro, hago dibujos vivos. Lo que pasa es que no lo publico por ahí.
¿Le han comparado con Banksy alguna vez?
Sí, muchas veces, pero no tenemos mucho que ver. Lo que hace el tío es súper interesante, para mí es de las que pocas cosas que hay que se acercan al arte porque genera debate, da que pensar. Lo mío es más intimista, más poético….
¿Se está rompiendo el tabú de la gente que cree que el grafiti es una guarrería que ensucia las ciudades?
No. Parecía que sí, pero se empezó a hablar del extrañamente llamado arte urbano y ahora se criminaliza más al grafiti y se pone en valor más el llamado arte urbano, que no dejan de ser murales.
¿Hay conflicto entre grafiti y arte urbano?
No, porque es distinta gente quien lo hace. Coexisten. Cuando se comparte un mismo entorno es normal que surjan relaciones y haya algunos roces, pero es lo normal.
¿La gente valora más el arte urbano?
Sí, pero si supieran que realmente es lo mismo no lo valorarían tanto, porque están llamando arte urbano a los murales… pero este debate da para otra entrevista.