El homenaje de Pérez-Reverte a su amigo fallecido, grafitero de trenes: "Tenía unas agallas que no le cabían"
Ha fallecido David S.E, alias 'Lose', una de las personalidades más influyentes del mundo del graffiti internacional
Pocos sabían que Arturo Pérez-Reverte y él eran amigos; el escritor afirma que su libro 'El francotirador paciente' le debe mucho a su figura
El escritor le ha dedicado unas líneas de homenaje a través de su cuenta de Twitter
La amistad es capaz de unir a personas de mundos diametralmente opuestos. Personas que, aparentemente, no tienen nada que ver y que, con el paso de los años, terminan siendo inseparables. No importa la raza, la ideología ni los gustos. A veces, dos personas cruzan sus caminos y ocurre algo, casi místico, que los empuja a compartir vivencias, comidas, diálogos y anécdotas. Es una de las lecciones que pueden extraerse del afecto mutuo entre Arturo Pérez-Reverte y David S.E, alias 'Lose', una de las personalidades más influyentes del graffiti internacional, que falleció esta misma semana a causa de un accidente de moto.
Ambos eran escritores; Reverte escribía libros, Lose firmaba vagones de tren y metro. Se conocieron hace casi una década, cuando Reverte preparaba su novela 'El francotirador paciente' (2013), en la que describe el desconocido, frenético y épico mundo del graffiti. En la tarea de documentación, el escritor de libros llegó hasta el firmante de chapas y surgió una amistad sincera, divertida, que se extendió durante muchos años. Compartían cenas en la Taberna del capitán Alatriste, donde Lose narraba sus peripecias nocturnas y Reverte preguntaba con interés genuino.
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Lose era uno de los más grandes en lo suyo. Se colaba por conductos de ventilación, cuando la gélida noche madrileña helaba el ambiente, con tal de colarse en los hangares de trenes y estampar su sello en minutos. Sus hazañas le convirtieron en un emblema del graffiti internacional. Fue pionero en nuestro país en utilizar el método del 'palancazo', que consiste en activar los frenos de emergencia de los ferrocarriles y aprovechar los 15 minutos que dura el parón para dejar constancia, a través de su firma, de que había estado allí.
Viajaba sin un duro alrededor del mundo con tal de acometer sus misiones. Según Reverte, Lose llegó a pintar en lugares como El Cairo o Moscú. "Imaginen qué hubiera pasado si le trincan allí". David dormía en cajeros o debajo de puentes con tal de ahorrar dinero, viajaba sin material alguno para la misión y luego lo robaba en alguna tienda. Nada de levantar sospechas en el aeropuerto. Todo en el momento. Así eran sus incursiones en las misiones más complicadas. "Tenía unas agallas que no le cabían", dice sobre él Reverte. Lose llegó a tener el récord d mayor superficie de trenes pintada de España.
En su día a día, David era electricista. De hecho, fue él quien instaló las luces en la biblioteca de su amigo Arturo Pérez Reverte, un trabajo por el que nunca quiso cobrar ni un euro, pese a la insistencia del escritor de libros. Su amistad extrañaba a todos. "Una noche, al poco rato de hacer esta foto, íbamos los cuatro paseando, pasaron unos policías en un coche, y al ver la compañía me preguntaron mosqueados si todo iba bien. Cuando se alejaron, Lose dijo: "Es la primera vez que veo tan cerca a un madero y no salgo corriendo".