¿Qué legado dejamos a nuestros hijos? La obra de teatro en la que tres jubilados reflexionan sobre el pasado y el futuro
La versión de Marta Gil Polo adapta la exitosa obra de la británica Lucy Kirkwood.
La responsabilidad personal por el futuro del mundo y el legado a generaciones futuras son algunas de las claves.
La obra se podrá ver en en el Teatro Akademia de Barcelona hasta el 10 de abril.
¿Qué mundo van a heredar las generaciones futuras? ¿Será este peor que el que hemos disfrutado nosotros? Estas son algunas de las preguntas que se hace el espectador tras acudir la obra de teatro 'Els nostres fills' ('Nuestros hijos') que forma parte de la cartelera del Teatro Akademia (Barcelona) hasta el día 10 de abril.
El objetivo es que el espectador reflexione sobre algunos de los dilemas vitales más recientes, pero también sobre otros más atemporales como el sentido de la vida y la importancia de pensar en el prójimo Las próximas generaciones e incluso el futuro de la supervivencia de la especie humana se ponen sobre la mesa, nunca mejor dicho, en una conversación de tres jubilados.
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'The children' es el nombre de la obra creada por la dramaturga y guionista británica Lucy Kirkwood el 2016 y que se estrenó en el Royal Court de Londres con una gran acogida por parte del público y la crítica. Ahora, esta propuesta teatral llega al teatro Akadèmia y en una versión en catalán llamada 'Els nostres fills' (Nuestros hijos). Esta versión de Marta Gil Polo e Isabelle Bres, está dirigida por la primera e interpretada por la segunda, junto con Albert Pérez y Maria Pau Pigem.
"El título de la obra hace referencia a los hijos, nietos y a todas las generaciones, pero también hace referencia a los tres protagonistas. El planteamiento de la obra parte de la premisa de que nuestros personajes también son niños, por la fragilidad y la impotencia del mundo al que se encuentran, y al que no pueden acceder, ni afectar", explica la directora de la obra, Marta Gil Polo.
¿De qué trata?
Esta obra "es una reflexión sobre el poder y la toma de decisiones en la vida, decisiones que le dan sentido a la vida, para nosotros y nuestros hijos", afirma la directora.
Aunque la historia transcurre en el presente es un hipotético accidente nuclear causado por un terremoto (inspirado en Fukushima) lo que impulsa a una pareja de físicos nucleares ya retirados a reflexionar sobre el detino de las nuevas generaciones es la llegada de una antigua amiga que también trabaja allí.
El matrimonio reside en una casa apartada del mundo que se encuentra muy cerca de la zona de exclusión de la central. Alrededor de la mesa, en lo que parece una escena cotidiana, los protagonistas lanzarán al aire muchas cuetiones que hasta ahora no se habían replanteado en su vida tranquila de jubilados. Han pasado casi cuarenta años desde que los tres personajes trabajaban juntos en la planta nuclear y sin embargo es ahora cuando hacen balance y echan la vista para atrás.
"El texto juega con dos vertientes esenciales: la crisis existencial de los personajes y el encubrimiento de esa crisis bajo una aparente normalidad. Nuestros hijos plantean las grandes preguntas de nuestro tiempo: la Ecología, la Sostenibilidad y el Cambio Climático. Son realidades que nos interpelan cada día más y con mayor urgencia. Y ya no sólo a nuestros hijos, sino a todas las generaciones, abriendo el pensamiento de la individualidad hacia la colectividad", explica la directora.
¿Hay futuro?
Los cuatro hijos que tiene el matrimonio no aperecen en el escenario, aunque sí tienen una gran presencia en sus conversaciones, que cada vez se tornan más alarmantes.
'Els nostres fills' invita a los espectadores a cuestionarse su pequeño o gran impacto en el futuro del mundo, por el legado a generaciones futuras, que también se verán afectadas por nuestros pequeños gestos cotidianos.
¿Cómo afrontamos una catástrofe, qué legados dejamos a nuestros hijos, qué futuro les espera, qué responsabilidades estamos dispuestos a asumir? En esta obra se ofrece un texto con grandes temas desde el prisma de lo cotidiano de los personajes.
"Podemos decir que la obra imagina el futuro, quizás desafía un futuro donde estamos abocados todos y todas. Pero desde el presente. Es una cuestión de responsabilidad de generaciones mayores con las generaciones jóvenes", concluye Marta Gil Polo.