Juan Diego Botto, a sus 47 años, no puede estar más feliz con su opera prima, 'En los márgenes', de la que también es protagonista. Ovación rotunda en Venecia y ovación exclusiva en San Sebastián, para uno de los intérpretes que más se revela contra las injusticias sociales. Desde que tuviera dos años, el nacido en Argentina, conoce las hieles del asesinato de su padre y el exilio.
El bonaerense debuta con esta historia hiperrealista, protagonizada por Penélope Cruz y Luis Tosar, centrada en los desahucios. Una idea que le venía rondando desde bien pequeño: "Me topé con esta historia que sucedía y que sigue sucediendo a nuestro alrededor. Me enamoré de las personas, de su heroísmo, de su entrega, de su angustia, de su lucha", ha dicho en las numerosas entrevistas que ha realizado estos días entre Venecia y San Sebastián.
Hijo de actores, su ojo ha estado siempre en la injusticia social. Con tan sólo dos años, perdió a su padre. Diego Fernando Botto Alduncín fue asesinado por la Junta Militar de la dictadura argentina. "Fue secuestrado el 21 de marzo de 1977 y ya no se supo de él. Era muy activo, un gran deportista, era un líder. Muy talentoso, según su maestro, Agustín Aleso. Y muy guapo, mira ahí lo ves en las fotos, solo y con mi madre", ha explicado en el periódico El País. Aun así, siempre le tiene muy presente: "En el monólogo de 'El privilegio de ser perro' está él: la búsqueda de la adaptación, la demanda de la justicia... Siempre está él".
Tras esa terrible pérdida, su madre, la actriz y profesora de actores Cristina Rota, decidió huir del país y estableciéndose en España, junto a María y Juan Diego, y embarazada de Nur Al Levi. La llegada a Madrid tampoco fue fácil. Siempre llevó la lacra de ser un niño exiliado y tuvo que meterse en más de una pelea por ganarse su sitio en el colegio, donde era el que tenía un acento diferente.
La muerte de su padre y sus secuelas han marcado el rumbo de un joven que luchó a toda costa para que se juzgara a los responsables de los crímenes de Estado en Argentina. Según sus propias palabras, de no haberlo hecho seguramente habría sentido que le quedaba algo pendiente: "La justicia es algo que cura, mientras que la venganza no te lleva a ningún sitio".
“Tuve una adolescencia y juventud muy politizadas. Va a quedar un poco raro, pero el primer acercamiento que tuve fue con el '¿Qué hacer?' de Lenin", ha añadido.
Él mismo ha contado que fue con 11 años cuando comenzó todo. Estaba rodando 'El río de la vida', de Jaime Chávarri, cuando el segundo de abordo del filme le dio un consejo al decirle: "Tengo una historia’. Él me tomó en serio, lo que me hizo mucha ilusión. Nos juntamos un par de veces. Me decía que era importante que anotase todas las historias que se me ocurriesen”. Dicho y hecho. Una de ellas fue esta crítica social que deja en evidencia al sistema y el problema de los desahucios, las mujeres que tienen que salir a la calle para dar de comer a sus hijos y la carencia de empatía y crueldad de los más pequeños porque una madre se dedique a la prostitución.
"Era una historia que había visto en mi barrio", ha explicado. "Yo vivía en la Plaza de Santa Ana. En esa época, la calle de la Cruz estaba llena de prostitutas y había mucha droga. Había un chaval en la plaza que era hijo de una prostituta. Muchas veces los otros niños se reían de él por eso".
En esta historia ha contado con Penélope Cruz, que también es productora de la cinta, y con su mujer como co-guionista del proyecto: "Inmensa gratitud a la co guionista, Olga Rodríguez, piedra angular de esta historia, a Penélope Cruz y a Luis Tosar por sus inmensos trabajos". Con su mujer Olga Rodríguez ha encontrado la horma de su zapato: igual de comprometida que él, pero desde el periodismo. Tras una época en la que se dieron un tiempo, luego volvieron y se casaron. La pareja tiene una hija, Salma, nacida en 2009.
El proceso de elaboración han sido 10 largos años: "Empecé con esto hace 10 años. El germen de esta historia está en 2013 y tardamos tiempo en escribir el guion". No todo ha sido fácil. La financiación ha supuesto un gran problema: "Y estuvimos muchos muchos años intentando conseguir el dinero. Pero si esto hubiese fluido de una forma natural esta película se hubiera rodado en 2016 o 2017".
El actor de 'White lines', ha querido relatar la historia de muchas mujeres que viven situaciones al borde del abismo: "Hay mujeres que han pasado por cosas que la mayoría de nosotros no pasaríamos ni en cinco vidas y lo han hecho en tres, cuatro o cinco años. Mujeres que con tres hijos se han visto en la calle, han tenido que volver a empezar, a veces sufriendo maltrato...".
El que diera vida al protagonistas de 'Historias del Kronen', ha resaltado: "A pesar de estar en lo peor y no tener nada se esforzaban por ir a una asamblea para intentar ayudar a otros. Se levantaban a las seis de la mañana para ir a la casa de una persona a la que no conocían de nada para intentar que no la echasen de su vivienda".
Luis Tosar da vida al abogado de esta historia de denuncia. Como contraposición a sus colegas que ganan 7.000 euros defendiendo otras causas, él gana tan solo 1.000 por creer en su vocación: "Es el paradigma del activista. Y no solo del activista. Hay mucha gente que, por su entrega a otros o por su dedicación laboral, sacrifica lo afectivo". Como su personaje, Botto, es un gran defensor de las causas más indefensas.
Representantes de Stop Desahucios y concejales de los grupos municipales de Elkarrekin Donostia y Ezker Anitza-IU, se acercaron incluso a las puertas del teatro Victoria Eugenia de la capital guipuzcoana y le entregaron una camiseta en agradecimiento. "Vivimos tiempos muy difíciles para el acceso a la vivienda, con la Ley de Vivienda lejos de ser realidad. Esta es una valiente denuncia del drama de los desahucios", han dicho sus representantes.