Actriz, cantante, bailarina y conductora de televisión, Carmen Sevilla tuvo una carrera brillante y fue una celebridad en los años '50 y '60, no sólo en España, sino también en América Latina y hasta en Hollywood. El 16 de octubre de 2022, Carmen cumple 92 años y, debido al Alzheimer que padece desde hace varios años y que avanza inexorablemente, no puede recordar nada de su época dorada de estrella del cine y la televisión.
La actriz y cantante nació en 1930 en Sevilla como María del Carmen García Galisteo y adoptó su nombre artístico en homenaje a su ciudad natal. De familia de músicos, su abuelo y su padre componían coplas para distintos artistas, a los 14 años Carmen ya bailaba y deslumbraba con su gracia andaluza.
A lo largo de su extensa carrera, además de bailar, grabó más de setenta películas, protagonizó decenas de publicidades y estuvo al frente de varios programas de la televisión española, lo que hicieron de su figura, una de las más famosas de España durante largo tiempo.
Pero su fama trascendió fronteras y fue requerida de otros países para protagonizar películas: Italia, México, Argentina y también la Meca del cine, Hollywood. En 1948, compartió pantalla con la estrella mexicana Jorge Negrete y con 22 años, llegó uno de sus filmes más famosos: Violetas imperiales. Con Hollywood tuvo una relación tirante.
Pudo triunfar en Hollywood, filmó junto a figuras Yul Brynner y Charlton Heston pero prefirió rechazar el contrato que le ofrecía uno de los grandes estudios. Era muy jovencita entonces, se trataba de otros tiempos y en España tenía cuanto necesitaba para ser feliz. Todo ello lo recoge la biografía “Carmen Sevilla, la novia de España”, de Alfredo Sánchez. En Hollywood, Carmen, tuvo la oportunidad de trabajar en producciones estadounidenses como la bíblica Rey de reyes (1961), dirigida por Nicholas Ray, donde le tocó encarnar a María Magdalena, demostrando su capacidad para asumir cualquier tipo de papel. Y hasta el mismísimo Charlton Heston la elegiría personalmente para interpretar a Octavia en la cinta británica Marco Antonio y Cleopatra (1972).
Carmen Sevilla podía haber hecho carrera en la meca del cine, sin embargo, la actriz rechazó un contrato millonario de varios años de duración con Paramount para quedarse cerca de los suyos, y para convertirse en la fiel esposa del prolífico compositor Augusto Algueró, autor de temas como Tómbola y Chica Ye-Yé.
Su paso por Hollywood también tuvo impacto en su vida personal. Por entonces se hablaba de varios romances de Carmen con estrellas como el mismo Heston, Marlon Brando y Frank Sinatra. Pero ella nunca los confirmó. En cambio, tuvo dos matrimonios: uno con el compositor y director de orquesta Augusto Algueró, en 1961, con quien tuvo a su único hijo, Augusto José.
Muchos aseguran que Algueró compuso 'Te quiero, te quiero', el tema que se convirtió en hit interpretado por Nino Bravo, para ella. Y también otro tema famoso de Bravo, 'Noelia', para su amante. La relación era complicada: dicen que Algueró llegaba a cronometrar los besos de la actriz en sus películas. La combinación de infidelidades y celos terminó en el divorcio de la pareja, una década más tarde.
No obstante, Sevilla reincidió, en 1985, en el matrimonio. Esta vez, fue con el empresario Vicente Patuel, con quien vivió hasta el año 2000 cuando quedó viuda. Con esa relación llegó una etapa en la que Carmen Sevilla decidió alejarse un poco de su carrera artística, presionada por su esposo, que prefería tenerla en su casa, y hacer vida de campo. A pesar de la resistencia de su segundo marido, en 1991 Carmen retomó su actividad y volvió al ruedo, esta vez a la televisión, como presentadora de un show tipo concurso en el que participaba el público. Su fama seguía intacta y su estilo despistado, incluso con errores y metidas de pata al aire, no afectaron el cariño que el público español aún sentía por ella
Durante varias décadas del siglo XX, Carmen Sevilla fue una de las figuras más queridas y populares del público español. Pero hoy, todos esos recuerdos permanecen en las sombras para ella, pero no para nosotros. ¡Felicidades, Carmen!